Las mujeres jóvenes de extracción humilde de Bulgaria era el objetivo predilecto de una organización de proxenetas que operaba en Mallorca y en Eivissa. Cuando las promesas de unas importantes ganancias económicas ejerciendo la prostitución no lograba convencer a las víctimas, la banda no dudaba en utilizar la violencia y la intimidación.

La Guardia Civil detuvo a siete personas -seis hombres y una mujer- implicadas en la presunta explotación de jóvenes búlgaras. Además de en Balears, la organización operaba también en Benidorm (Alicante), Benalmádena (Málaga) y en Las Palmas de Gran Canaria.

La investigación partió precisamente del Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil de Alicante. Los agentes detectaron que un grupo que operaba en Benidorm explotaba sexualmente a jóvenes búlgaras. A partir de este momento, activaron la 'Operación Etéreo'.

Promesas incumplidas

La mayoría de las víctimas eran captadas con la promesa de importantes ganancias que nunca se llegaban a materializar. Para ello se aprovechaban de las condiciones de pobreza en la que vivían en su país.

En cambio, las ganancias que obtenían con los servicios sexuales de las mujeres iban a parar íntegramente al proxeneta. Este destinaba una partida de dinero mínima a la joven y a su familia.

La organización aleccionó a las mujeres sobre cómo debían comportarse en caso de un control policial o una detención. También les indicaban cómo tenían que hacer los servicios sexuales y les instruían sobre los pasos que debían tomar con el dinero que obtenían.

Para conseguir mayores ingresos, los proxenetas clasificaban a las mujeres en función de la cantidad de dinero que podían conseguir con ellas repartidas por distintos lugares de la geografía nacional. Mientras algunas de ellas eran llevadas a clubes de lujo, otras eran obligadas a ejercer la prostitución en la vía pública o en sórdidos locales de alterne.

Con todos estos datos, la Guardia Civil activó la fase de explotación de la operación. Un total de siete implicados fueron detenidos y tres de ellos ingresaron en prisión. El líder de la organización era buscado a nivel internacional. Los agentes del Instituto Armado también lograron liberar en la actuación a cuatro mujeres que estaban siendo explotadas por la banda.