La fiscalía cuestionó ayer la versión de la familia de la niña de ocho años que denunció una agresión por parte de varios menores en el patio del colegio Anselm Turmeda, en Palma. Mediante un comunicado, algo insólito por parte del ministerio público, el fiscal superior de Balears, Bartolomé Barceló, aseguró que las heridas sufridas por la niña fueron "leves" y apuntó que las declaraciones de los familiares han generado "una corriente de opinión basada en una única versión" de la que podrían extraerse "conclusiones equivocadas o erróneas" sobre lo ocurrido. Además, reclamó "mayor mesura y rigor" en las informaciones sobre casos en los que haya menores implicados y lamentó las "graves consecuencias" que pueden tener para los niños implicados en el asunto.

Sin ofrecer detalles concretos sobre los hechos ni un relato alternativo al de los denunciantes, Barceló destacó que las noticias aparecidas sobre el caso, "emitidas de forma ciertamente vehemente" y basadas en los datos facilitados por la familia de la víctima, han obviado "factores y elementos necesarios para su consideración real". El fiscal superior destaca, "entre otras muchas cuestiones", que los partes médicos sobre el estado de la niña reflejan lesiones "leves" que no coinciden con la gravedad de un desprendimiento de riñón o una fisura en las costillas denunciadas por sus allegados.

Según consta en los documentos del hospital, los médicos que atendieron a la niña detectaron arañazos y rozaduras en la cara, el abdomen, un codo y un pie y un pequeño hematoma en la cabeza. La sometieron a varias pruebas y descartaron que sufriera lesiones en ningún órgano. Tras atenderla durante toda la tarde del día 5, cuando ocurrieron los hechos, decidieron mantenerla en el hospital ante el estado de ansiedad de los familiares por su malestar. Al día siguiente por la tarde, tras confirmar su buen estado, le dieron el alta.

El comunicado de Barceló resaltó que este y otros datos que no reveló "pueden suponer matices muy importantes en cuanto a lo sucedido" y provocar una "afectación en los derechos fundamentales de todos y cada uno de los posibles menores implicados", tanto la propia víctima como los "presuntos responsables". El fiscal superior recordó el papel de la institución que preside como garante de los derechos de los menores, como el del honor, la intimidad personal y familiar y su propia imagen "incluso en contra de la posición al respecto que puedan mantener sus representantes legales", en clara alusión a la familia de la niña herida en Son Roca.

Bartolomé Barceló, fiscal superior.

La declaración de Barceló se suma a la de la Policía Nacional y el conseller de Educación, Martí March, para cuestionar algunos de los datos que figuraban en la denuncia presentada por la familia de la menor y sus declaraciones posteriores, en las que relataban una brutal agresión por parte de 12 menores. La Policía identificó finalmente a seis niños que participaron en el "incidente" e hizo un llamamiento a la calma ante las "manifestaciones y rumores inexactos y de tono elevado". March, por su parte, aseguró que había dos maestros en el patio cuando ocurrieron los hechos -sin revelar si los presenciaron e intervinieron-, pese a que la denuncia afirmaba que no había ningún docente. También negó que existieran denuncias por agresiones previas, cuando la familia criticó que llevaban años alertando de conductas violentas sufridas por la menor y su hermana.

El parte médico de Son Espases achacaba las lesiones de la niña a una "pelea y juego brutal y violento". Fuentes conocedoras del caso aseguran que algunos testigos apuntan a que los hechos habrían ocurrido en el marco de un juego y que las heridas no fueron provocadas voluntariamente.