Unos excursionistas hallaron ayer un cadáver quemado y maniatado con cadenas en un antiguo búnker en la costa de Calvià. El cuerpo estaba irreconocible por la acción del fuego, pero la Guardia Civil sospecha que se trata de un hombre de 54 años desaparecido desde el pasado viernes. Su documentación apareció en una mochila cerca del habitáculo donde se encontró el cuerpo carbonizado, en una zona militar abandonada desde hace años que se extiende por un bosque entre El Toro y Cala Figuera. Una comisión judicial, encabezada por el magistrado de guardia y un médico forense, examinó con detalle el escenario hasta bien entrada la noche. Los investigadores continuaban trabajando en la zona al cierre de esta edición en busca de pistas sobre lo ocurrido, sin descartar ninguna hipótesis sobre las circunstancias en las que falleció la víctima.

Hacia las cinco de la tarde, unas chicas recorrían el camino que atraviesa las instalaciones militares en desuso y bordea la costa, cerca del núcleo de El Toro, cuando repararon en una mochila tirada en el suelo. A escasos metros, en uno de los antiguos búnkeres diseminados por el lugar, hallaron un cadáver carbonizado y con las manos atadas. Dieron aviso enseguida a los servicios de emergencias.

Desaparecido el viernes

Los primeros en acudir fueron agentes de la Policía Local de Calvià, quienes comprobaron la veracidad del aviso y comunicaron el hallazgo a la Guardia Civil. Los agentes examinaron el contenido de la mochila y hallaron la documentación de un hombre de 54 años, A.E.M., que llevaba un día desaparecido. Todos los indicios apuntaban a que era su cadáver el que estaba carbonizado y maniatada en el búnker.

Fuentes del instituto armado explicaron que esta persona había salido a caminar desde Palmanova hacia El Toro el pasado viernes. No llegó a su destino y su desaparición fue comunicada a las fuerzas de seguridad. Durante buena parte del día de ayer se le estuvo buscando por la zona y el helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló la ruta que al parecer había seguido en busca de algún indicio sobre su paradero sin ningún resultado.

El hallazgo del cadáver fue comunicado al juzgado de instrucción número 2 de Palma, en funciones de guardia. Una comisión judicial, con el magistrado Pedro Barceló a la cabeza, acudió al lugar para examinar la escena junto a los agentes de la Guardia Civil y un médico forense.

Los investigadores de la Policía Judicial y el Laboratorio de Criminalística del instituto armado llevaron a cabo una detenida inspección ocular del búnker en busca de cualquier indicio que permita aclarar los hechos. El cadáver estaba quemado y tenía las manos atadas con una cadena en la parte delantera del cuerpo.

Poco antes de las diez y media de la noche, los restos fueron trasladados en un vehículo de la empresa funeraria al Instituto de Medicina Legal de Palma, donde está previsto que se practique la autopsia en las próximas horas. Los investigadores confiaban en que este minucioso examen del cadáver permita confirmar si, como sospechan, se trata del hombre desaparecido el pasado viernes y aclarar las causas del fallecimiento y las circunstancias que rodearon su muerte.

La Guardia Civil, a la espera de estas pesquisas, no descartaba anoche ninguna hipótesis sobre lo ocurrido.