Media tonelada de marihuana es lo que halló la Guardia Civil ayer tras registrar una vivienda y una finca en Algaida. La droga estaba repartida en 106 bolsas de basura y cada una contenía unos cinco kilos de hojas de cannabis dispuestas para su distribución. Los agentes de la Benemérita también encontraron una gran cantidad de botes con cogollos secos en su interior y una bolsa con 47.600 euros en efectivo. El morador de la finca, un español de 43 años, fue detenido por un delito de tráfico de drogas. Tal como informaron fuentes de la operación, presuntamente se dedicaba a vender la mercancía a grupos de narcotraficantes de la Part Forana.

El puesto de la Guardia Civil de la localidad del Pla llevaba dos veranos tratando de averiguar la procedencia de un fuerte olor a marihuana detectado por vecinos en la zona de la salida del pueblo hacia el municipio de Llucmajor. Los efectivos confirmaron esta denuncia y comprobaron que el intenso aroma a dicha sustancia estupefaciente se producía sobre todo al amanecer y el atardecer.

Traslado de abono

Comenzaron una investigación y poco a poco fueron recabando pistas que les condujeron a una persona que se dedicaba, al alba y por la tarde, a cargar y trasladar sacos, supuestamente de abono. Los agentes de Algaida hicieron un seguimiento a este vecino de la localidad y sus sospechas se acrecentaron cuando, tiempo después, averiguaron que había alquilado una vivienda en este mismo pueblo.

La vigilancia se estrechó aún más y los efectivos de la Guardia Civil comprobaron que el piso en alquiler estaba vacío mientras que el mallorquín ayer detenido residía en la finca rústica situada a alrededor de tres kilómetros del casco urbano. Cuando todos los cabos fueron atados, se puso en marcha la última fase de la operación, que se desarrolló ayer con el registro de la citada finca y la vivienda, y la consiguiente detención del presunto autor del delito por la gran cantidad de estupefacientes y dinero hallados entre ambos lugares.

Supuestamente, en la finca se dedicaba a cultivar el cannabis mientras que el piso era utilizado como secadero, según fuentes de la Guardia Civil, y trasladaba la materia prima a primera hora de la mañana y al atardecer, de ahí el intenso olor a marihuana detectado por los vecinos.

Los agentes que realizaron el registro comprobaron que el piso estaba perfectamente aislado y acondicionado para evitar la fuga de olores, con filtros de carbono y deshumificadores en todas las habitaciones que eran utilizadas como secadero, e incluso con las cerraduras selladas. En una de las estancias almacenaba las 106 bolsas de marihuana, con un peso total de 500 kilos. La finca fue registrada poco antes y allí el detenido guardaba numerosos botes con cogollos secos y una bolsa con 47.600 euros. Es una de las mayores incautaciones de cannabis de los últimos años.