La Policía ha detenido en Calvià a una pareja alemana por distribuir productos nutricionales adulterados con anabolizantes prohibidos sin informar a sus clientes. Dos de los compradores fueron hospitalizados con daños en el hígado tras consumir estos preparados, vendidos por Internet a culturistas aficionados de toda España y otros países europeos. Los agentes encontraron en el domicilio de los sospechosos un laboratorio para manipular los productos, un millón de etiquetas y 950 botes con los que podrían haber elaborado 360.000 dosis aproximadamente.

La investigación, llevada a cabo por agentes del grupo de Crimen Organizado de la Jefatura de Palma y la Unidad Central de Investigación de Delincuencia Especializada y Violenta, se inició el año pasado. Dos personas habían sido hospitalizadas tras sufrir graves daños hepáticos provocados por el consumo de sustancias anabolizantes. Los investigadores comprobaron que se trataba de un producto retirado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, al estar considerado como peligroso para la salud.

Las pesquisas revelaron que las víctimas habían adquirido productos nutricionales a través de Internet que les fueron remitidos desde Mallorca. Así, llegaron a una pareja de nacionalidad alemana afincada en Calvià, que según averiguaron tenían un laboratorio clandestino para comprar, almacenar, envasar y distribuir estos productos adulterados con anabolizantes.

Los acusados adquirían los fármacos prohibidos, entre ellos Epistrol, Espistane, Haladrol y Ultradol, en Inglaterra y los traían a la isla mediante empresas de paquetería. En su laboratorio, los incorporaban a los productos nutricionales para aumentar sus propiedades de potenciación muscular, pero sin advertir a los compradores ni indicar su presencia en las etiquetas. Disponían de una marca propia que ofrecían a través de diferentes páginas web y en las redes sociales. Desde Calvià enviaban sus productos a todo el territorio nacional e incluso a otros países, principalmente a Alemania e Inglaterra.

La Policía se incautó en el domicilio de 119 tipos diferentes de complementos alimenticios, más de un millón de etiquetas adhesivas para los productos adulterados y 950 botes que habían permitido distribuir en el mercado negro unas 360.000 dosis.