El acusado del crimen de Gomila aprovechó su turno para la última palabra para, entre sollozos, pedir perdón y asegurar que no actuó con intención de matar a la víctima. "Pido perdón a la familia. No pensé muy bien lo que hacía. Fue un momento terrible, no tenía intención de matar a esa persona, nunca se me había pasado por la mente", dijo. El acusado incidió en que él y sus familiares estaban siendo agredidos: "Mi intención era pararlos, porque nos pegaron botellazos. Me decía 'te voy a matar', y me puse muy nervioso. Una persona perdió la vida y lo siento de corazón. Si tuviera todo el dinero del mundo lo pondría, concluyó.

El hombre, de regreso al estrado donde ha seguido el juicio junto a su abogado, se fundió entre lágrimas en un abrazo con sus familiares antes de ser conducido de nuevo al centro penitenciario, donde permanece desde que en diciembre pasado fue arrestado por su implicación en el crimen.