El antiguo electricista municipal de Bunyola "conocía y sabía que la farola daba descargas". Pese a ello, "no adoptó ninguna medida para evitar o eliminar las descargas eléctricas". La titular del juzgado de lo Penal número 4 de Palma, Francisca Ramis, le ha condenado a dos años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave al considerarle responsable de la muerte del joven David Grimaldos por electrocución. Por el contrario, la juez absuelve al exalcalde de la localidad, Jaume Isern.

La magistrada considera en la resolución judicial dada a conocer ayer que "no consta suficientemente probado" que el exalcalde de Bunyola conociera el mal estado de la farola ni del cuadro eléctrico "ni que la misma producía descargas antes del accidente".

"Sin responsabilidad penal"

La juez sustenta que no se aprecia en el primer edil la comisión del delito de homicidio imprudente en que "nunca supo del deficiente estado de la farola, pues ninguna queja, ni ninguna denuncia le llegó a él personalmente antes de los hechos, ni había ninguna incidencia en el Ayuntamiento", subraya. "Del solo hecho de ser alcalde, aún cuando lo fuera en exclusiva, no se deriva ninguna responsabilidad penal por el óbito de autos", concluye.

Los hechos por los que el electricista, Antoni B.A., ha sido condenado se remontan a la madrugada del 31 de agosto de 2014. El joven David Grimaldos, de 18 años, acudió a la fiesta de los quintos de Bunyola. Sobre las doce y media de la medianoche, la víctima se dirigió hacia el paseo Antonio Estarellas.

Cuando David se encontraba a la altura del número 21, se encaramó a una barrera metálica, sujetándose con ambas manos, con la intención de saltar al otro lado de la valla "para ir a orinar". En el momento en el que, para auparse, puso los pies en la farola, que se encontraba sobre un muro, "recibió una fuerte descarga eléctrica". "Tanto por el voltaje como por la intensidad", precisa la resolución judicial, la descarga eléctrica le produjo al joven una parada cardiorrespiratoria y, minutos después, la muerte.

La sentencia precisa que el fallecimiento por electrocución de David Grimaldos se produjo por el mal estado de la farola. "La luminaria estaba rota, no garantizaba la estanqueidad y en el interior no había un fusible de protección, se había puenteado". Un cable suelto provocó que tuviera tensión y al tocarle se produjo la descarga.

Durante el juicio celebrado el pasado mes de julio en el juzgado de lo Penal número cuatro la familia de David Grimaldos solicitaba para el exalcalde de Bunyola la pena de tres años de prisión y cuatro años para el electricista municipal. La fiscal, por su parte, consideró que todo era una falta y no pidió condena para los procesados. El ayuntamiento de Bunyola abonó a la familia de la víctima 20.000 euros y la compañía aseguradora del consistorio, otros 150.000 euros.