Antes de identificar a quién pertenecen los esqueletos envueltos en sábanas que fueron hallados el pasado fin de semana en aguas del Peñón de Ifach, en Calpe, la Guardia Civil ha dado con las personas a las que se invocó en ese macabro rito de brujería o hechicería.

Los paquetes, como ya avanzaron nuestros compañeros del 'Diario Información' en exclusiva, además de objetos rituales como una jícara (una vasija), un bastón partido por la mitad, muñecas, hojas de laurel y plumas, contenían ramitas con nombres inscritos. Los autores del rito grabaron a navaja nombres y apellidos de personas que son de carne y hueso. La Guardia Civil, según fuentes de la investigación, ha podido ya identificar a varias y todas son vecinas de Extremadura.

Esa pista, apuntaron las mismas fuentes, podría llevar al autor o autores de un ritual que, tras el hallazgo de los paquetes con restos humanos (dos se recuperaron y un tercero, presumiblemente, sigue en el mar), ha generado inquietud e incluso miedo en Calpe. La Guardia Civil entrevistará a las supuestas víctimas del conjuro. Además, todo apunta a que si los restos óseos proceden de la profanación de tumbas esos hechos se habrían producido en cementerios de Extremadura.

La investigación, por tanto, se desplaza a muchos kilómetros de distancia. En Calpe, los responsables del cementerio municipal ya se habían cerciorado de que no se ha violentado ningún féretro. En cualquier caso, los restos óseos recuperados del fondo del mar en las rutas de buceo de la Roca Plana y el Nido del Águila (ambas están en la cara sur del Peñón) habían permanecido, antes de arrojarse al mar, enterrados entre 30 y 40 años. El forense que los examinó atribuyó la coloración marrón de los huesos a que habían estado en contacto con la tierra durante décadas. En los cementerios de Calpe y de los pueblos de los alrededores, no hay ya enterramientos en el suelo.

Los restos humanos del ritual del Peñón se habrían, por tanto, exhumado de un viejo camposanto. Los objetos hallados dentro de las sábanas anudadas por sus extremos (formaban una especie de hato) sí podían remitir a un ceremonial funerario de santería. Sin embargo, desde la Asociación Española de Santería Afrocubana, se afanaron en aclarar que nunca realizan rituales con restos humanos. Los esqueletos se identifican con misas negras y satánicas y ritos de sectas. Pero al invocarse nombres de personas vivas (en algunos ritos se utilizan fotos), hace que cobre fuerza la hipótesis del conjuro. Y los hay de toda índole: de amores, de mal agüero, de fortuna...

La Guardia Civil concluyó que los paquetes con restos humanos se arrojaron al mar 48 o 72 horas antes de que el sábado un instructor del centro de buceo Les Basetes, de Benissa, encontrara y sacara a tierra la primera sábana. Esa tarde los submarinistas del centro Dive & Dive descubrieron el segundo paquete. En una inmersión nocturna, los buceadores de Benissa dieron con una tercera sábana anudada. Sin embargo, el domingo, los especialistas del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil sólo pudieron recuperar uno de estos dos últimos macabros hallazgos.

El Peñón, eso sí es evidente, irradia fuerza telúrica. Los autores del inquietante y hasta ahora desconocido ritual pudieron viajar muchos kilómetros atraídos por el magnetismo místico de la imponente roca calpina.