Un jardinero marroquí ha denunciado a su jefe por una presunta agresión, al propinarle un fuerte empujón que le produjo la fractura del escafoides de la mano izquierda mientras cargaba una furgoneta en ses Salines. El empresario, de nacionalidad alemana, también le denunció al empleado ante la Guardia Civil por aporrear, supuestamente, la puerta de su casa y haber empujado a su esposa.
Los hechos denunciados ocurrieron sobre las ocho de la mañana del pasado 25 de agosto en la calle Ortega y Gasset de la localidad de ses Salines. A esa hora, Mustaphá se encontraba cargando la furgoneta para ir a trabajar.
Al parecer, la víctima estaba hablando con su compañero en el momento en el que apareció el jefe. "Comenzó a decirme que me callara, que él no podía hablar", asegura. Mientras, el dueño de la empresa se dirigió solo al otro operario.
De acuerdo con la denuncia interpuesta ante la Guardia Civil, la víctima siguió cargando la furgoneta sin rechistar. No obstante, en un momento determinado le propinó un fuerte empujón que le hizo caerse por un pequeño muro. Al apoyar la mano izquierda, se la fracturó.
No le ayudaron
Según la denuncia interpuesta ante el Instituto Armado, Mustaphá pidió al jefe que le ayudaran a levantarse. "Hicieron caso omiso y se marcharon del lugar con la furgoneta", indicó.
El trabajador asegura que tuvo problemas para que su jefe le firmara el parte de lesiones para ir a la Mutua para que le dieran la baja laboral.
El presidente de la asociación de marroquíes de Balears, Boujema Hakki, se ha interesado por el caso de este jardinero. La entidad también le ha ayudado a solventar los problemas del operario con el idioma.
"La empresa no quiere firmar el papel de la Mutua", subraya Hakki con indignación. "Un compañero marroquí fue el que llamó a la Policía Local, a la Guardia Civil y a una ambulancia para que le atendieran", explica el presidente de la entidad que aglutina a los marroquíes en las islas.
Boujema Hakki también afirma que este caso puede ser paradigmático en lo referente a explotación laboral. De hecho, además de la denuncia interpuesta en el cuartel de la Guardia Civil de Santanyí, también estudian presentar otra ante la Inspección de Trabajo.
El presidente de la asociación de marroquíes de Balears entiende que detrás de la agresión a su compatriota subyacen "motivos racistas". "Trata de eludir su responsabilidad diciendo que ha pegado a la pared. Es habitual que se produzcan agresiones a los trabajadores inmigrantes por parte de determinados empresarios. En el fondo no les quieren pagar lo que les corresponde y ahí empieza el conflicto", abunda Hakki.
