"No soy un héroe para nada. Cualquier persona que se encontrara en esa situación, con la subida de adrenalina que supone, habría actuado igual". Con estas palabras, el policía nacional palmesano Gabriel Muñoz, de 32 años, quitó ayer importancia a la brillante actuación que tuvo lugar la tarde del pasado domingo en Son Serra de Marina, en la que salvó a dos niños -una menor de diez años y su hermano de siete- a punto de morir ahogados en el mar.

El agente se encontraba la tarde del domingo en la playa de Son Serra de Marina en compañía de su pareja y de su familia. Sobre las seis y media de la tarde, la bandera roja ondeaba, que prohibía el baño, aunque los socorristas ya se habían ido. "Había muchas olas, el viento era muy fuerte y yo no me había metido en el agua", explicó.

De repente, los gritos de unos niños se escucharon procedentes del agua. "Al principio pensé que estaban jugando. Luego me di cuenta de que iban en serio".

Cuando el policía se acercó a la orilla, escuchó a un bañista advertirle de que dos menores estaban a punto de ahogarse, atrapados por el fuerte oleaje y la intensa corriente, que les arrastraba mar adentro.

"No me lo pensé dos veces. Me tiré de cabeza y nadé todo lo fuerte que pude hacie el lugar donde estaban ellos", indicó. En apenas unos segundos, el policía examinó la situación y comprobó quién se encontraba en una situación más peliaguda y precisaba de una ayuda más urgente.

"Nadé hacia el lugar donde se encontraba la niña. Ya se estaba hundiendo. Estaba muy nerviosa. La cogí del brazo y la llevé hasta la orilla. Allí se la entregué a la gente".

El policía apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento y se volvió a zambullir. En esta ocasión se dirigió a rescatar al hermano pequeño, de siete años, de la otra víctima. Tras dar unas fuertes brazadas entre el fuerte oleaje y sorteando la corriente, Gabriel consiguió llegar a la altura del niño y lo cogió con fuerza. A continuación, lo llevó hasta la orilla y lo dejó junto a su hermana.

En estado de shock

"Antes vi que había otras personas en el agua, pero no me había fijado. Varios bañistas estaban con el padre y un surfista lo sacó del mar", señaló. Una vez que el progenitor de los dos pequeños tomó conciencia de la temeridad que había supuesto exponer a sus hijos al baño, con bandera roja, en un mar embravecido. "Estaba en estado de shock", aseguró.

La hazaña del policía palmesano Gabriel Muñoz tuvo un reconocimiento inmediato por parte de otro agente. "Se me acercó un hombre para darme la enhorabuena. Me dijo que era funcionario del Cuerpo Nacional de Policía y que él también había intentado salvar a los niños, pero no le había sido posible", subrayó.

Gabriel está destinado desde hace tres años en el Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Comisaría Centro. "Creo que en mi trabajo estamos acostumbrados a este tipo de reacciones", abundó.