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Son Malferit

La falta de mantenimiento causa múltiples deficiencias en el parque de bomberos

Urinarios cubiertos con bolsas, suelo hundido, sillas de telefonistas rajadas o verjas rotas son una muestra del calamitoso aspecto que presenta la instalación - La descomunal inversión en la sede de Son Malferit ascendió a 120 millones de euros

Una de las verjas del parque se encuentra rota debido al escaso mantenimiento. Diario de Mallorca

El flamante parque de Bombers de Palma de Son Malferit, con un astronómico coste de más de 120 millones de euros, ha sustituido su pretendido esplendor por un aspecto calamitoso. La falta de mantenimiento se ha convertido en un problema endémico y las deficiencias se multiplican por doquier.

Nada hace vislumbrar en la actual conservación del parque central de bomberos que sea de reciente creación y para el que se destinó una descomunal partida presupuestaria. Hay urinarios inutilizados cubiertos con bolsas de basura negras. Este remedio casero se ha hecho para contener las filtraciones de agua que llegan al habitáculo de los telefonistas.

Los encargados de coger cotidianamente el teléfono se ven obligados a afrontar una serie de penurias. El suelo es irregular y las sillas se hunden en socavones. Muchos de los asientos y respaldos están rajados.

Los sofás y sillones de diseño que decoran las instalaciones supusieron una desorbitada suma de 20.000 euros. Muchos de ellos se encuentran ahora despellejados, al no soportar la presencia allí del cuerpo de guardia durante estos últimos años.

Algunas verjas tampoco han resistido el paso del tiempo. Muchas se encuentran rotas y nadie se ha tomado la molestia de repararlas. Los defectos son tan numerosos que se acumulan con frecuencia.

Muchos bomberos se han acostumbrado a convivir con situaciones de riesgo sin necesidad de salir del parque. El ascensor ha estado más de un mes estropeado. En alguna ocasión, personas se han quedado atrapadas en el interior y han tenido que ser rescatadas.

Durante varias semanas, el aire acondicionado no funcionaba. Las guardias se convertían en infernales debido a las elevadas temperaturas que se veían obligados a soportar.

"Hay un pasillo que se convierte en un horno en verano y en un congelador en invierno. Nosotros no queríamos este parque desde un principio y el tiempo nos ha dado la razón", subrayaba un bombero hastiado por el deplorable estado de conservación de las instalaciones de Son Malferit.

Incumple la normativa

El precario estado del parque se ha dejado sentir en el lamentable estado de las escaleras de emergencia. Una de ellas incumple la normativa, al tener numerosas partes sueltas que obstaculizan el paso y con las que se puede uno tropezar. El remedio casero ha sido sujetarlo con bridas.

Otra serie de defectos se han hecho notar y ponen en serio riesgo los rescates de personas en lugares elevados. Las autoescaleras se han quedado obsoletas en un corto periodo de tiempo. Muchos vehículos están inutilizados y tienen que acudir de otros parques para suplirlas. "Un técnico francés se ha desplazado a Son Malferit para ver si las pueden utilizar", subrayan.

Este fue uno de los grandes dispendios de la era Matas en el Consolat de Mar superó con creces el desorbitado desembolso del Palma Arena y dio lugar a la 'Operación Bomsai'. Los bomberos se quejaban inicialmente de la falta de operatividad de un parque tan grande. El nulo mantenimiento deja en evidencia que no había partida presupuestaria para afrontar el paso del tiempo.

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