Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Semana negra

"Yo, como español, denuncio el 'low cost'"

"Yo, como español, denuncio el 'low cost'"

Esta semana un ciudadano interpuso una denuncia en los juzgados de Palma más que curiosa: delirante. "Yo, como español, denuncio ante y solo el Tribunal Supremo el término publicitario 'low cost'", encabezaba el documento. Y proseguía: "Exigiéndoles así una actuación de presión gubernamental por y para el bien de nuestros intereses nacionales". La denuncia no tiene desperdicio ya que menciona la venta en el último minuto e incluso el cambio climático. El denunciante insiste en su calidad de español y se queja de la "imposibilidad de encomendar ningún viaje con la precisión que requieren mis negocios". Por último, exige "una protección tributaria" y se encomienda a las Cortes españolas. Surrealista, pero real.

40 euros por tres Cocacolas

Una cosa es aprovechar la temporada de verano para hacer negocio y otra pretender hacerse de oro a costa de los turistas. El pasado martes, tres veraneantes estaban en una playa de Calvià cuando un vendedor ambulante les ofreció refrescos. Pidieron tres cocacolas y cuando llegó la hora de pagar se quedaron petrificados: 40 euros. Abonaron las bebidas y tardaron unos instantes en reaccionar y asumir que acababan de ser estafados. Las víctimas explicaron lo ocurrido a unos socorristas, que se movilizaron y pidieron ayuda a la Policía Local para dar con el vendedor. El hombre fue interceptado poco después. "Por lo menos que devuelva el dinero este sinvergüenza", comentó uno de los agentes que actuaron.

Un ladrón a remojo

Un delincuente de poca monta se adueñó de la bolsa de un bañista en las inmediaciones del club náutico de s'Arenal de Llucmajor. El ladrón fue sorprendido por unos policías y en su huida acabó metiéndose en el mar para no ser atrapado. Tuvo mala suerte porque cerca de allí se encontraba una lancha de la Guardia Civil, a la que los agentes pidieron ayuda para capturar al sospechoso.

Gamberros en s'Arenal

Algunos vecinos de s'Arenal padecen a diario la nula educación de muchos turistas. Para muestra, dos botones. La Policía Local tuvo que acudir el lunes por la tarde al balneario 1 porque un grupo de jóvenes estaba en la piscina de un establecimiento mojando a todo aquel que pasaba por la calle. Al día siguiente, una vecina de la calle Cannes llamó la atención a unos jóvenes que armaban mucho jaleo en la terraza de su habitación, en la tercera planta de un gran complejo hotelero. Los gamberros respondieron lanzando contra su domicilio una lata de cerveza llena.

Luz gratis

Harto está también el propietario de una finca situada entre el poblado de Son Banya y las pistas del aeropuerto. El hombre se encuentra cada dos por tres con un enganche irregular a su red de suministro eléctrico. Cada vez que los operarios de Gesa desmontan el empalme fraudulento -y van unas cuantas-, este reaparece en cuestión de horas. El afectado ha acabado poniendo el caso en manos de la Policía.

Caos en Cala Major

La tarde del lunes fue caótica en la calle Miquel Rosselló i Alemany, en Cala Major. Un conductor olvidó activar el freno de mano y su coche acabó descendiendo sin control una empinada cuesta hasta golpear varios turismos y quedar cruzado en mitad de la vía. La Policía Local tuvo que emplearse a fondo para regular el tráfico y sacar, en dirección contraria, a los casi 50 vehículos que pretendían pasar por allí.

Un perro abandonado entre los contenedores

Entre los trastos que indebidamente se dejan en los contenedores de Palma hay objetos muy curiosos. Esta semana podía verse entre dos depósitos una figura de un perro a tamaño natural, de la que al parecer su dueño se había cansado. En cuestión de horas fue retirado por los operarios. En Nou Llevant apareció el martes, misteriosamente, una papelera en mitad de la acera.

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