Los peritos de Industria indicaron ayer en el juicio que, a partir del siniestro en el que el joven David Grimaldos murió electrocutado al tocar una farola en Bunyola, hubo un plan específico de revisiones en pueblos de Mallorca. "Hicimos inspecciones en los pueblos y dejamos sin suministro a muchos municipios de Mallorca", apuntó uno de los expertos. Según su versión, un año antes, en 2003, ya había un plan de inspección de alumbrado, pero a raíz de lo ocurrido en Bunyola en el verano de 2014, empezaron a revisar las instalaciones por todos los pueblos. "En cuestión de alumbrado público, había mucho incumplimiento. Más de un 60%, cerca de un 70%, eran desfavorables", recalcó el especialista. Según su versión, también propusieron un decreto, que está en trámite, que obligará a pasar inspecciones a todas las farolas. La fiscal ayer reprochó a la Conselleria que no controlara nada. "Solo a partir del accidente empezó a actuar. Todos los ayuntamientos y ciudades de la isla estaban dejados de la mano de Dios", puntualizó en sus informes. El caso quedó ayer al mediodía visto para sentencia. Antes de acabar, la madre del joven fallecido salió de la sala muy molesta y gritó: "Yo no quiero dinero". Ayer la jornada transcurrió sin incidentes. Los dos acusados entraron y salieron de los juzgados por la parte trasera del edificio custodiados por la Policía, como medida de seguridad.