La fiscal retiró ayer al mediodía su petición inicial de pena de un año y medio de prisión para el exalcalde del PP de Bunyola, Jaume Isern, y el electricista municipal jubilado, A.B.A., en la segunda sesión del juicio por la muerte del joven David Grimaldos González, de 18 años, que resultó electrocutado al tocar una farola del Passeig Antoni Estarellas durante la verbena de los quintos de la localidad la madrugada del 31 de agosto de 2014. El ministerio público modificó sus conclusiones, rebajó los hechos de un delito a una falta de imprudencia leve con resultado de muerte y no solicitó ninguna pena para los dos acusados. Tampoco pidió indemnización al haber pagado ya el ayuntamiento de Bunyola, a través de una compañía aseguradora, 150.000 euros a los padres del fallecido.

Por su parte, la acusación particular, en representación de la familia de la víctima, mantuvo su solicitud de condena de tres años de cárcel para el exprimer edil y cuatro años, para el funcionario retirado por un delito de imprudencia grave con resultado de muerte. Respecto a la responsabilidad civil, el letrado reclamó 100.000 euros más. Mientras, los abogados defensores pidieron la libre absolución de sus clientes.

Los peritos de la Dirección General de Industria resultaron demoledores cuando explicaron ante la sala las deficiencias que detectaron en la farola y el cuadro de mandos. Los ingenieros destacaron que la instalación estaba muy mal y por ello cortaron el suministro. De hecho, el alumbrado público del Passeig Antoni Estarellas todavía hoy sigue sin electricidad, dos años después del siniestro mortal, según apuntaron. "Podía haber pasado con cualquiera de las farolas de esa línea. Todas las farolas que colgaban de ese cuadro de mandos estaban sin protección", recalcó uno de los especialistas.

Campaña en los pueblos

Los ingenieros de Industria detallaron que, a raíz de la muerte por electrocución de David Grimaldos, se hizo una campaña en todas las localidades de Mallorca. "Hicimos inspecciones en los pueblos", recordó el experto. "Y hemos dejado sin suministro a muchos municipios de Mallorca", por la gran cantidad de casos de incumplimiento, según indicó.

Los peritos, que realizaron varias inspecciones en el lugar de los hechos, manifestaron que la luminaria de la farola, la zona superior donde se encuentra la bombilla, estaba abierta y degradada. Según su versión, había una falta de protección, ya que podía entrar el agua y la humedad por allí. Además, en el interior de la farola, no había tapa postfusible ni tampoco fusible. En su lugar, hallaron un cable conductor.

Los especialistas coincidieron con otro perito de Endesa al señalar que había un cable suelto que tocaba la carcasa metálica de la farola y que hacía que esta estuviera en tensión. Este hecho, unido a la falta de protección, propició la descarga mortal que sufrió Grimaldos. Los dos ingenieros informaron de que las farolas de Bunyola no requerían ningún tipo de inspección periódica y que estas se regían por el reglamento de 1955. "Esa farola no cumplía la normativa de 1955. No había fusible ni tapa", precisaron. También detectaron deficiencias en el cuadro de mandos. "Estaba aguantado por un palo. El diferencial estaba suelto. No había ninguna protección sobre la instalación. El diferencial y el magnetotérmico no actuaban sobre la farola. No había ningún elemento de protección de seguridad sobre la farola", insistieron, al tiempo que puntualizaron que el electricista acusado no podía actuar al no haber convalidado su título.

La acusación particular, en sus informes, destacó que el antiguo funcionario no era un instalador autorizado y le reprochó que no hiciera ningún tipo de mantenimiento en las farolas del pueblo. Según apuntó, el mantenimiento era nulo, inexistente, no solo en la farola, sino en el cuadro. Respecto al exalcalde Isern, el letrado alegó que debía haber tenido conocimiento del estado de las instalaciones y de que la farola no reunía las condiciones. Precisamente, ayer se leyó la declaración de una vecina que indicó que había advertido al electricista de que su sobrino había sufrido un calambrazo el verano de 2013 al tocar la farola y una barrera metálica y este le dijo que estaba ya arreglado. David Grimaldos trataba de saltar esa valla, apoyó un pie en la farola y se electrocutó.

La fiscal señaló que la imprudencia de ambos acusados es leve y no grave porque hubo una omisión no intencional y un incumplimiento del deber objetivo de cuidado. Según su tesis, el exedil, en su posición de garante, debería haberse preocupado de si tenía el personal preparado para que sus ciudadanos estén seguros y no lo hizo. "Tuvo la desgracia que en su mandato se produjo el accidente", dijo la fiscal. El letrado defensor argumentó que Isern no era garante, ya que no conocía la existencia del riesgo y no incumplió ninguna normativa.