La fiscalía solicita penas que suman 20 años y nueve meses de prisión para un hombre por presuntamente propinar palizas a su pareja, a la que también ató a la cama en una ocasión para violarla en un domicilio de la zona del Raiguer a finales de 2006.

El ministerio público acusa al sospechoso, extranjero de 34 años, de nueve delitos: maltrato habitual en el ámbito familiar, amenazas, malos tratos y dos delitos de agresión sexual. El procesado incluso golpeó a su compañera sentimental estando embarazada, según la versión de la fiscalía.

Por su parte, la acusación particular reclama una condena de 36 años cárcel para el ciudadano como responsable de doce delitos: maltrato habitual, amenazas, lesiones y dos agresiones sexuales.

El juicio contra el imputado está previsto que se celebre próximamente en la Audiencia Provincial de Palma.

Los primeros hechos sucedieron el pasado 1 de octubre de 2016 en el domicilio conyugal, en un municipio del Raiguer de la isla, cuando el hombre, sin contar con el consentimiento de su pareja, la ató a la cama y la obligó a mantener relaciones sexuales, según la versión del fiscal.

En días posteriores, el varón presuntamente amenazó de muerte a la víctima. En las Navidades de ese año, la mujer acudió al puesto de trabajo de él y, tras una discusión, la agarró del cabello y la lanzó contra la pared. Al día siguiente, la amedrentó diciéndole que si contaba lo sucedido le rompería "los dientes" y si no continuaba con él la mataría.

La noche del 16 de enero de 2007, el supuesto maltratador la empujó, arrojó al suelo, la agarró del cabello y la lanzó contra la cama. La perjudicada protegía su vientre con una almohada porque estaba embarazada. Pese a ello, el procesado le bajó los pantalones, le quitó la ropa interior y la forzó, según la acusación pública.

A la mañana siguiente, la amenazó diciéndole: "Como salgas por la puerta te arranco los pelos, te arranco la piel a tiras". Ante el miedo que tenía, su pareja optó por quedarse en casa.

La madrugada del 18 de enero de 2007 se produjo otra discusión y la perjudicada volvió a ser agredida con codazos, empujones y tirones de pelo, según el fiscal. A finales de mes, la mujer consiguió acudir a la Guardia Civil a denunciar los hechos en un descuido del hombre, quien luego quebrantó una orden de alejamiento.