La Audiencia de Palma ha condenado a 16 años y medio de cárcel a Marcos F.P. por asesinar de diez puñaladas a un joven, Rafel Gaspar Miralles Vich, de 22 años, en Campos la mañana del 2 de mayo de 2014. Un jurado popular declaró al sospechoso, español de 54 años, culpable de un delito de asesinato con la circunstancia atenuante de obcecación.

La presidenta del tribunal popular, además, le ha impuesto una indemnización de 158.000 euros para los padres de la víctima, que era hijo único.

La sentencia, que aún no es firme y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears, destaca la desproporción del ataque. La presidenta del jurado ha tenido en cuenta "como es evidente el número de puñaladas asestadas" para dar muerte al muchacho, que si bien no llegan a integrar el ensañamiento, sí que son, en número, "totalmente desproporcionadas" para conseguir el resultado querido.

Por otro lado y pese a que el jurado apreció la atenuante de obcecación, "no debemos olvidar que la situación vivida por el acusado fue mantenida por él mismo sin que nada hiciera al respecto y que sus propias actuaciones son difíciles de entender en una persona que supuestamente vive amenazada, extorsionada", detalla la sentencia. También se ha valorado como elemento favorable al imputado la influencia de las sustancias consumidas.

Según se declara probado, sobre las nueve de la mañana del 2 de mayo de 2014, Marcos F.P. fue a su casa en Campos junto con el joven Rafel Gaspar Miralles Vich, de 22 años. Ambos discutieron en el piso y, durante la pelea, el acusado le golpeó por la espalda con un objeto romo en la cabeza. Aprovechando que el muchacho quedó aturdido, le asestó una puñalada con un cuchillo de cocina en el tórax. Rafel trató de salir de la vivienda y en el descansillo fue atacado por la espalda y arrastrado por el imputado hacia el interior del piso. Luego, la víctima recibió otras nueve puñaladas en la espalda, estando ya inerte e inconsciente. Murió desangrado.

El acusado limpió luego la sangre del rellano y se encerró en el piso hasta que la Policía logró acceder. El día y la noche anterior, consumió drogas y alcohol, junto con la medicación de la depresión. La víctima le amenazó con publicar vídeos sexuales y le robó sus joyas. Estos hechos le alteraron y mermaron sus capacidades.