Un juzgado de Palma ha condenado a un criador de perros a diez meses de prisión por un delito de maltrato de animales domésticos y otro de intrusismo por tener 135 canes en condiciones deplorables e insalubres en 2009 en su centro de cría en Maria de la Salut, donde los perros se hallaban hacinados, enjaulados, sucios, enfermos, desnutridos y sin ningún tipo de control veterinario. El acusado, español de 59 años, ayer reconoció los hechos ante la magistrada y se conformó con la condena, que se le sustituye por 17 meses de multa, por lo que de esta manera evita la cárcel.

Además, el criador, con más de 20 años de experiencia con perros, ha sido inhabilitado durante dos años para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relacionados con la tenencia o comercio de animales. En la causa estaba personado el Colegio Oficial de Veterinarios de las Illes Balears como acusación particular al considerar que el sospechoso, además de cometer un delito de maltrato animal, también incurría en otro de intrusismo.

Según sus conclusiones, el imputado era quien prestaba los cuidados veterinarios a los canes, suministrando las vacunas y los antibióticos, sin ningún tipo de control o prescripción veterinaria, para posteriormente poder comercializarlos. Cuando los agentes del Seprona de la Guardia Civil inspeccionaron su centro de cría en Maria de la Salut el 7 de mayo de 2009 encontraron numerosas jeringuillas y medicamentos sin justificar receta médica. Incluso, hallaron en las instalaciones vacunas caducadas recién inyectadas. Los investigadores concluyeron que el criador vacunaba a los perros en condiciones ínfimas y sin tener la titulación requerida. De hecho, carecía de un registro de animales donde constara el tratamiento que recibían, como tampoco aportó la cartilla sanitaria obligatoria de 105 perros que estaban en el recinto.

Los agentes apreciaron un fuerte estrés en los canes, debido a la falta de cuidados y al enclaustramiento forzoso y prolongado al que se vieron sometidos. Así, los perros estaban hacinados y malvivieron en unas condiciones indeseables, sufrieron contagios de enfermedades, tuvieron que dormir sobre sus propios excrementos, no pudieron ver la luz del sol ni tampoco salir de sus jaulas durante largos periodos de tiempo.

La fiscalía detalla que el acusado en 2009 tenía 135 perros en su criadero en condiciones inadecuadas. La mayoría de ellos estaban hacinados en 27 jaulas con techo de uralita y apenas luz natural, y no disponían de zona cercada para el paseo. También se vieron sometidos a condiciones insalubres desde el punto de vista higiénico sanitario, ya que las jaulas carecían de sistemas de eliminación de orines y excrementos y las que tenían, estaban taponados, por lo que el olor era insoportable.

Muchos de estos canes se hallaban gravemente enfermos con leishmaniosis, parvovirus o en el caso de las perras mastitis, no habiendo contactado el sospechoso con ningún veterinario para que iniciara el tratamiento de estas dolencias. Igualmente, muchos de los animales sufrían una desnutrición severa y al menos 105 no estaban vacunados, según destaca el ministerio fiscal en su escrito de acusación.