La curva donde cuatro espectadores resultaron heridos muy graves al ser arrollados el sábado durante un 'rally' en Palma ya se había cobrado una vida en un accidente idéntico en 1997. Los afectados en el siniestro ocurrido anteayer, hombres de 18, 38, 39 y 60 años, continuaban ingresados, dos de ellos en la UCI. La organización de la prueba insistió en que poco antes del accidente echó de la curva a las víctimas por tratarse de una zona prohibida, pero que los perjudicados volvieron a situarse allí cuando el jefe de seguridad se marchó. La zona no estaba señalizada en ese momento con cinta roja, como suele hacerse en los tramos peligrosos, señal que fue colocada al reanudarse por la tarde la carrera.

El lugar de los hechos es conocido como 'curva de la basura', un giro de 180 grados de la carretera MA-1043, a un kilómetro de la base militar Jaume II. El 9 de agosto de 1997, un accidente muy similar acabó con un muerto y dos heridos en ese mismo punto. El piloto de un Citroën AX que disputaba el Rally TR-Costa de Calvià perdió el control del coche por un fallo en los frenos y se llevó por delante a tres espectadores. Un hombre de 30 años falleció y su hijo de nueve años y otro asistente sufrieron heridas graves. En aquella ocasión, los organizadores de la prueba explicaron que un comisario había advertido antes a las víctimas de que no podían seguir la carrera desde ese punto por su peligrosidad.

Esa misma versión ofrecieron ayer los Federació d'Automobilisme de las Illes Balears (FAIB) y la peña automovilística Slick Quemado, organizadoras del III Rallysprint Afició de Calvià en el que el sábado cuatro personas resultaron heridas muy graves al ser arrolladas en la misma curva. En un comunicado conjunto, aseguraron que el jefe de seguridad de la carrera recorrió la zona junto a un vehículo de la Guardia Civil para comprobar que no hubiera público en zonas peligrosas. En la curva detectaron la presencia de un grupo de espectadores, por lo que se detuvieron para informarles de que estaban mal situados y recolocarlos. Cuando se marcharon no quedó ninguna persona en ese punto. Sin embargo, según varios testigos citados por la organización, las víctimas volvieron a colocarse en la curva en cuanto la comitiva de seguridad se fue de allí.

Pese al riesgo que entraña, en ese punto es habitual la presencia de espectadores cuando se celebran carreras automovilísticas. Según puede verse en vídeos grabados durante estas competiciones, muchas personas se colocan allí para seguir la prueba, obviando incluso las cintas rojas colocadas para advertir del riesgo y de la prohibición de colocarse allí.

Esta señal no estaba puesta cuando se produjo el atropello múltiple el pasado sábado poco antes de la una y media de la tarde. La organización la puso tras el siniestro, cuando se optó continuar con el rally acortando el tramo donde ocurrieron los hechos en 1.400 metros. Según los organizadores, esta decisión se tomó con el visto bueno de la Guardia Civil.

Las cuatro víctimas continuaban ayer hospitalizadas en estado grave. En Son Espases permanecían N.R., el hombre de 60 años que sufrió la amputación de un pie, estable y en planta, y R.F., un joven de 18 años con una lesión medular que seguía en la UCI. B.Z., de 39 años, fue intervenido de una fractura de tibia y peroné en la clínica Juaneda, mientras en la Rotger se encontraba A.G., de 38, que sufrió un traumatismo torácico y de cuyo estado no informó el centro sanitario. Tanto los organizadores de la prueba, que visitaron a las víctimas, como la dirección general de Deportes y Juventud del Govern lamentaron el siniestro y desearon una pronta recuperación a los heridos.