­Un perturbado esgrimió una barra de hierro y comenzó a causar destrozos en la puerta de la sede de una iglesia evangélica en Palma. Agentes de la Policía Nacional y la Policía Local se movilizaron hasta allí e interceptaron al sujeto para que desistiera en su actitud.

El incidente se produjo sobre las 11.45 horas de ayer a la altura del número 9 de la calle Sant Joaquim de Palma. De repente, un individuo empezó a aporrear con vehemencia la puerta de la iglesia evangélica bajo los carteles con la leyenda "Dios es amor".

Se daba la circunstancia de que este sujeto participaba habitualmente en las actividades de esta iglesia. Por tanto los motivos que le llevaron ayer a adoptar un comportamiento violento eran una incógnita. No obstante, tampoco era un hecho aislado. En otras ocasiones ya había actuado también de una manera similar.

Estruendo de los golpes

Ante el estruendo que causaban los golpes, las personas que estaban en el interior del local avisaron a las emergencias alertando de los destrozos que estaban provocando.

Efectivos de la Unitat d´Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local y agentes del Cuerpo Nacional de Policía se movilizaron hasta la calle Sant Joaquim para intentar capturar al presunto autor de los destrozos.

Al ver llegar a los furgones, el individuo echó a correr. Los agentes, por su parte, fueron tras él para identificarle.

Mientras, en la sede de esta iglesia evangélica, fundada en Sao Paulo, no había quedado otra opción que echar el cierre. La cerradura había quedado inservible tras ser aporreada.

"Hemos escuchado muchos golpes, pero siempre dentro del local", puntualizó la dueña de una peluquería situada enfrente de la sede de la iglesia evangélica. "Lo único que se suele escuchar allí son los cánticos hasta tarde, pero eso es algo habitual en esa religión", indicó.

La suerte del presunto autor de los destrozos depende de si los responsables de la iglesia se decidían a interponer una denuncia contra él por los daños causados en el local.