Agentes de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Policía Nacional detuvieron al dueño de dos cafeterías de Palma por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores.

A raíz de una denuncia anónima, se informó a los agentes de la supuesta explotación a la que era sometida el personal. En concreto, según esta versión, las horas trabajadas eran muy superiores a las contratadas y no se cobraban ni se disfrutaban las vacaciones. Otro tanto ocurría con el día de descanso semanal.

Todos los extrabajadores de estos bares consultados coincidían en señalar que la contratación era muy inferior al número de horas trabajadas realmente.

El empresario, por su parte, rechazó las acusaciones que se vertieron contra él por supuesta explotación laboral. Al mismo tiempo recalcó que solo había tenido problemas con dos empleados que se solucionaron "de manera amistosa" en el Tamib.