La Audiencia de Palma ha condenado a Joan C.N., alias 'Escorpí', a 21 años de prisión por asesinar a hachazos y robar a un anciano vecino de Pollença, Llorenç Colom Cabanellas, de 84 años, en su domicilio el pasado 13 de enero de 2014. La sala ha tenido muy en cuenta la brutalidad del crimen, la pluralidad de circunstancias que agravan la conducta homicida y que concurrieron tres tipos de alevosía, ya que el sospechoso atacó a la víctima con un hacha de forma sorpresiva en su casa, apagó el diferencial de la luz momentos antes para coger desprevenido al morador y también se aprovechó de su situación de desvalimiento al tratarse de una persona mayor. El tribunal de la sección segunda también reprocha la conducta procesal del asesino, quien implicó y culpó del crimen en un primer momento a su amigo, Martí 'Mosca', muy influenciable y con una discapacidad psíquica del 65%, para no ir solo a la cárcel.

La Audiencia ha absuelto a Martí 'Mosca', de 57 años y que pasó dos años en prisión por estos hechos, de todos los cargos al considerar que no hay ninguna prueba que le incrimine. El hombre siempre mantuvo su inocencia. La sentencia también detalla que, pese a ser inocente, estuvo dos años en prisión preventiva, con las secuelas psicológicas que este hecho "sin duda" le provocarán y "con el evidente estigma social que acarreará toda su vida aún declarándose su absolución", todo ello a pesar del carácter y la edad mental del hombre.

La sala rechaza apreciar las atenuantes de confesión y drogadicción en Joan 'Escorpí', quien tendrá que indemnizar a los herederos de Llorenç Colom con 60.000 euros, y tampoco aprecia la agravante de ensañamiento, si bien recalca la gravedad y brutalidad de los hechos. Según se declara probado, la mañana del 13 de enero de 2014, 'Escorpí' coincidió con la víctima en un bar de Pollença y vio que esta llevaba varios billetes de 50 euros en su cartera cuando le invitó. Ese día ideó un plan para robarle. A las once de la noche, acudió a su casa con un casco con linterna, desconectó el cuadro eléctrico y cuando el anciano se aproximó al quedarse sin luz, le pegó dos hachazos en la cabeza. El hombre cayó al suelo y ya moribundo lo arrastró al salón, donde le volvió a golpear con el hacha en la cabeza. Luego, le robó el dinero que encontró y dejó el cadáver tapado con una manta y un cojín sobre la cabeza. Dos días después, el cuerpo fue descubierto y el asesino fue detenido cuatro meses más tarde, cuando su novia le delató. La sala concluye que la participación de otros sospechosos sigue siendo "un enigma".