La detención del vecino del segundo del número 58 de la calle Jaume Balmes por tráfico de drogas sorprendió sobremanera a otros residentes en dicho inmueble. Mientras, el hijo no pudo contener las lágrimas al ver cómo su padre era arrestado por la Guardia Civil como presunto autor de un delito contra la salud pública. Tras dirigirse el vástago a los agentes, estos le permitieron que subiera para hablar con su progenitor.

Efectivos del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) registraron el inmueble poco después de las nueve de la mañana en el inmueble. Agentes de la USECIC se habían abierto paso al interior y luego se encargaron de custodiar la entrada. Un guía canino de la Unidad Cinológica hizo que su perro olisqueara todos los rincones de la vivienda en busca de droga.

"Nunca nos esperamos que pudiera estar envuelto en algo así", apuntaron unos residentes en el inmueble de la calle Jaume Balmes en alusión a su vecino. Sobre las once y media, el detenido se cubrió el rostro con una cazadora mientras era conducido a los calabozos.