Un juzgado de Palma ha condenado a penas de multa que suman 3.300 euros al jefe de cocina de un hotel de Calas de Mallorca, en el término de Manacor, por acosar sexualmente a cuatro empleadas a las que presionaba a diario pidiéndoles mantener relaciones sexuales a cambio de no despedirlas. Todas las víctimas se negaron a las proposiciones sexuales de su superior y en la mayoría de los casos perdieron su puesto de trabajo en el verano de 2011. El sospechoso, español de 41 años, se aprovechaba de que era el jefe de cocina del hotel y de que podía contratar a sus ayudantes. De hecho, contactó con varias de ellas por Internet. Luego, si no accedían a sus peticiones, las despedía justificando que no habían superado el periodo de prueba o bien alegaba ante sus superiores por ejemplo "esta chica no es muy normal". Varias de las perjudicadas no se doblegaron y decidieron abandonar su trabajo.

Ayer el imputado confesó los hechos y aceptó la condena. La fiscalía solicitaba en un primer momento para él dos años de prisión, pero ayer rebajó su petición al apreciar la circunstancia atenuante cualificada de dilaciones indebidas. La causa ha permanecido paralizada desde agosto de 2013 hasta el 12 de marzo de 2015.

Ante el reconocimiento de los cargos, el magistrado dictó sentencia 'in voce' contra el jefe de cocina y le impuso cuatro penas de multa que ascienden a 3.300 euros por tres delitos de acoso sexual y otro de coacciones.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2011 en un hotel de Cala Antena (Manacor), donde el acusado trabajaba como jefe de cocina. El 4 de julio de ese año contrató a una mujer como ayudante de cocina tras contactar con ella a través de Internet. Con objeto de satisfacer sus deseos libidinosos, desde el día de su contratación la presionó a diario para que tuviera relaciones sexuales con él porque sino, la despediría. La víctima siempre se negó, por lo que el sospechoso le decía "puta de mierda, todas las colombianas sois iguales". En una ocasión la empujó hasta que el 17 de julio la mujer decidió recoger sus pertenencias y abandonar el trabajo.

El 21 de junio de 2011 contrató a otra mujer como ayudante de cocina y al día siguiente de empezar a trabajar le dijo "a ver cuando salimos por ahí a echar un polvo". Hasta que fue despedida el 26 de julio, constantemente le decía "si no mantienes relaciones sexuales conmigo, te echaré del trabajo". Otra vez le indicó que le dijera a una compañera que se pusiera "un vestidito, pero que no se ponga bragas". El 14 de junio contrató a una tercera víctima con la que contactó por Internet y a la que le hizo comentarios sexuales. Hasta que fue despedida, el 20 de junio, le pidió tener sexo, pero ella se negó. A otra mujer la coaccionó pidiéndole sexo para que su marido no fuera despedido. Ella se opuso y su esposo perdió el empleo.