Un hombre de 65 años, Bernat Ferrà Mesquida, mató ayer a tiros al novio de su exmujer, Juan José Piña González, de 36, y se suicidó en Santa Ponça. El agresor se coló de madrugada, armado con una escopeta, en el domicilio donde dormían la pareja y su propia hija, de 12, y abatió a la víctima cuando esta lo sorprendió. La mujer, rusa de 37, recibió un golpe en la cabeza, pero logró escapar y pedir ayuda. El autor del crimen se quitó entonces la vida con la misma arma. La Guardia Civil apunta a que el asesino actuó por despecho, movido por los celos que sentía ante la nueva relación sentimental de su expareja. Ella cortó la relación hace medio año, inició los trámites del divorcio, y convivía con la víctima desde hace un mes. Ambos tenían planeado casarse.

Poco antes de las tres de la madrugada, la mujer llamó al servicio de emergencias 112 para explicar lo ocurrido. Al lugar, un chalé situado en el número 5 de la calle Gran Vía Serra d'Alfàbia, acudieron varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Calvià y ambulancias. Los agentes encontraron a la mujer en las inmediaciones de la vivienda, cubierta de sangre, con una pequeña herida en la cabeza y muy alterada. Cuando entraron en la casa descubrieron los cadáveres de dos hombres, con evidentes heridas por arma de fuego, y una escopeta de postas junto a uno de ellos. Los hechos fueron comunicados al juzgado de instrucción número 3 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia. Una comisión judicial, con el magistrado José Castro a la cabeza, se desplazó al inmueble. Agentes de la Policía Judicial y del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil iniciaron las pesquisas y llevaron a cabo una minuciosa inspección ocular, que se prolongó durante varias horas, en busca de pruebas sobre lo ocurrido.

Despertaron por el ruido

La mujer fue atendida de la lesión que presentaba en la cabeza y trasladada a un centro médico por la crisis de ansiedad sufrida. Según contó a los agentes, ella y su novio estaban durmiendo cuando un ruido procedente de la planta baja del chalé los despertó. Ante las sospechas de que había un intruso en la casa, el hombre fue a ver qué ocurría.

La víctima se topó entonces con el exmarido de la mujer, armado con una escopeta de caza. El agresor le pegó un tiro que le causó la muerte prácticamente en el acto. La testigo descubrió lo ocurrido y trató de emprender la huida. Aunque su expareja se le tiró encima y le asestó un golpe en la cabeza, al parecer con el arma, la mujer consiguió salir a la calle y alertar a los servicios de emergencias. Fue entonces cuando, según relató, escuchó otro disparo en el interior del chalé.

Los agentes de la Guardia Civil acordonaron el chalé y trabajaron en la escena del crimen hasta entrada la tarde. Los investigadores recabaron pruebas para confirmar la versión de los hechos ofrecida por la testigo y trataron de averiguar cómo consiguió acceder al agresor a la vivienda. Empleados de la empresa funeraria retiraron los cadáveres de los hombres hacia las once y media de la mañana y los trasladaron al Instituto de Medicina Legal, donde estaba previsto que se practicaran las autopsias.

Un hombre mata de un tiro al novio de su expareja y se suicida delante de ella

Un hombre mata de un tiro al novio de su expareja y se suicida delante de ella

Bernat Ferrà, transportista y veterano cazador, y la mujer, de origen ruso y que trabaja en una inmobiliaria especializada en el alquiler de viviendas de lujo a compatriotas, se casaron hace más de 15 años y tenían una hija en común de 12. Hace ahora medio año, ella decidió poner fin al matrimonio, inició los trámites para divorciarse y se marchó con la pequeña del domicilio familiar, en la calle Gran Via Puig de Randa, también en Santa Ponça, donde seguía residiendo el autor del crimen.

Desde principios de año, la mujer mantenía una relación sentimental con la víctima, que tenía una empresa de carpintería metálica en el polígono de Can Valero, en Palma. Hace un mes, ambos se instalaron en el chalé donde ocurrieron los hechos junto a la hija de ella, que recibió atención psicológica tras el crimen. La pareja había empezado ya a planificar su boda para casarse en cuanto culminara el proceso de separación.

La Guardia Civil da plena credibilidad al relato ofrecido por la mujer, aunque está a la espera los resultados de las autopsias y del análisis de las muestras tomadas en la escena. Está previsto que la escopeta con la que el supuesto asesino mató a la víctima y luego se suicidó sea analizada por los expertos en balística.

Los investigadores creen que el agresor no había aceptado la ruptura de su matrimonio y el hecho de que la mujer iniciara una nueva relación sentimental, por lo que actuó movido por los celos. Los agentes encargados del caso han comprobado que el hombre era un experimentado cazador, estaba federado y tenía la licencia de armas en vigor.

El Ayuntamiento de Calvià mostró ayer su "conmoción" por el asesinato y se puso a disposición de los familiares de la víctima.