La Audiencia de Palma dejó en libertad ayer tarde a uno de los dos acusados del crimen de Pollença, Martí T.V. 'Mosca', al final del juicio, lo que parece indicar que el hombre, que ha permanecido en prisión provisional desde principios de mayo de 2014, será absuelto de asesinar a hachazos y robar a Llorenç Colom Cabanellas, de 84 años, en su domicilio el 13 de enero de 2014. "Soy inocente", proclamó el imputado, de 57 años, en el turno de la última palabra. Momentos antes, su abogado defensor, Jaime Campaner, había solicitado su libre absolución por falta de pruebas. "No hay pruebas de que Martí estuviera esa noche en casa de la víctima. No hay nada que vincule a Martí con el escenario del crimen. Lo único que hay es la declaración de un coimputado. Y las versiones que se han dado no cuentan con corroboraciones objetivas", insistió el letrado.

Martí 'Mosca' siempre ha negado los hechos. El primer día del juicio recalcó que nunca había estado en casa de Llorenç Colom, al que conocía por ser vecinos del pueblo. Después de que el caso quedara visto para sentencia, ayer a las tres de la tarde, el tribunal de la sección segunda acordó su inmediata puesta en libertad.

En cambio, el principal sospechoso, Joan C.N. 'Escorpí', de 41 años, quien admitió haber matado él solo con un hacha al octogenario después de haberle pedido dinero en su vivienda y que exculpó a su compinche y amigo Martí 'Mosca', regresó al centro penitenciario de Palma. Su abogado, Rafael Llompart, ayer solicitó para él una pena de cuatro años de cárcel por un delito de homicidio con dos circunstancias atenuantes: drogadicción, al encontrarse en aquellas fechas bajo la influencia de sustancias estupefacientes, en concreto, cocaína y la de confesión, por haber colaborado con la Guardia Civil al reconocer los hechos y llevarles hasta el lugar donde ocultó el arma del crimen, el hacha, que fue intervenida en una tinaja en una finca agrícola donde había trabajado realizando tareas de poda. El letrado defensor manifestó que no había quedado acreditado el robo con violencia y calificó los hechos como un homicidio.

Por su parte, la fiscalía y el abogado de la acusación particular Diego Wencelblat mantuvieron ayer su petición de condena de 25 años de prisión para cada uno de los imputados por asesinato y robo con violencia con uso de armas en casa habitada. La fiscal indicó que los hechos no eran un homicidio, sino un asesinato porque concurría la alevosía, es decir, que la víctima no tuvo posibilidad de defensa. Según su versión, fueron dos los asaltantes, más jóvenes y fuertes, frente a un anciano de 84 años. "Cometieron el hecho a oscuras. El señor estaba solo en su casa a oscuras y fue atacado con un hacha", detalló la fiscal, quien reconoció en sus informes que no había vestigios y también hizo hincapié en las cuatro declaraciones que efectuó Joan 'Escorpí', dos de ellas implicando en el crimen a Martí 'Mosca' y las otras dos, exculpándole. El ministerio público también señaló que el hecho de tapar el cadáver con una manta demostraba un sentimiento de arrepentimiento y de que víctima y asesino se conocían, tal como declararon los agentes de Criminalística de la Guardia Civil. La acusación particular destacó la brutalidad de la agresión. El fallecido recibió al menos seis golpes con el hacha.

El letrado defensor Jaime Campaner criticó la investigación. "Había nervios, se dio carpetazo al asunto. Tras más de cuatro meses sin detenciones, se contentaron con la declaración de una imputada (que culpó a los dos acusados). No se investigaron muchas cosas. No se cotejó el ADN de otras personas. ¿Por qué tuvieron que ser dos? Una persona arrastra, dos levantan un cuerpo sin dejar rastro", indicó en referencia a las marcas de arrastre halladas junto al cadáver. El abogado insistió en el leve retraso mental que padece Martí 'Mosca' y en que su madre le iba a incapacitar. Una psicóloga argumentó que tiene reconocida una discapacidad del 65% por la Administración. "Es como un niño pequeño. Es incapaz de entender la magnitud del problema. Pero sabe discernir entre matar y no matar", indicó la perito.

Una testigo, amiga de los dos acusados, recordó que ambos le dijeron que habían matado a Llorenç los dos. La Guardia Civil indicó que la víctima salió a la puerta al quedarse sin luz y ahí recibió el primer hachazo en la cabeza. Luego cayó al suelo, fue arrastrada y de nuevo fue golpeada.