Un cuponero de Palma fue juzgado ayer por un delito de robo con fuerza por presuntamente haberse apoderado de diez motores de coche en una finca en Llucmajor y luego haberlos llevado a vender a una empresa de reciclaje de la ciudad en diciembre de 2011. El acusado negó los cargos ante el juez y explicó que un amigo le pidió que le ayudara a transportar la mercancía en un camión, ya que él carecía de carné de conducir. Según su versión, su allegado le dijo que le iba a pagar 50 euros por hacerle este favor. "Eran motores quemados. Él los había comprado en un desguace", indicó el sospechoso.

El imputado recordó que se dirigieron con el camión y la carga a una chatarrería para vender el material y en esos momentos se presentó un hombre marroquí que dijo que esos motores eran suyos. Un empleado de la empresa de reciclaje de Palma confirmó este extremo y añadió que el propietario de los motores indicó que se los habían robado esa misma mañana en su finca.

La fiscal pidió una pena de dos años de cárcel para el acusado por robo con fuerza y, de forma alternativa, un año de prisión por receptación. Por su parte, el letrado defensor solicitó la libre absolución de su cliente.