Los investigadores del Grupo de Atracos de la Policía Nacional situaron ayer a los tres acusados de secuestrar a un empleado de un salón de juegos de Palma y darle una paliza para que les entregara las llaves del local y la clave de la alarma. La primera sesión del juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial. El fiscal solicita para los tres procesados la pena de 18 años de prisión por los delitos de robo con violencia en concurso con el de detención ilegal y lesiones.

Los funcionarios policiales encargados del caso hicieron hincapié en que los repetidores de las compañía de telefonía móviles solo les señalaba a los procesados cuando se encontraban de madrugada, presuntamente, en el torrente de Can Barberà con la víctima. "A esas horas allí no hay ni dios", señaló gráficamente el policía.

Los hechos que ayer se enjuiciaron en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial e Palma se iniciaron sobre las tres menos cuatro de la madrugada del 2 de diciembre de 2013. A esa hora, varios delincuentes abordaron a un empleado de un salón de juegos en la calle 31 de diciembre. A la víctima le colocaron un pasamontañas para que no los pudiera identificar. Entre golpes y amenazas consiguieron que les entregara las llaves del local y la clave de la alarma del establecimiento. Aunque los delincuentes huyeron al dispararse el dispositivo.

Uno de los investigadores afirmó en sala que uno de los tres procesados, de nacionalidad colombiana, le había confesado su participación en los hechos. El policía también aseguró que había incriminado a otro de los presuntos participantes en el delito. Esta supuesta afirmación, sin embargo, no figuraba en la declaración policial ni ante el juzgado de guardia.

El supuesto autor de la confesión dijo ante el tribunal desconocer a los otros dos encausados. En cambio, el investigador del Grupo de Atracos señaló durante el visionado de la grabación de las cámaras de videovigilancia que había participado en el atraco junto a otro de los procesados. El policía aseguró que la indumentaria que lucía en los vídeos fue intervenida en su domicilio.

Mientras, otro de los tres acusados justificó las llamadas que les fueron intervenidas de madrugada que estaban dirigidas a "una querida".

El funcionario aseguró que le identificaron rápidamente al visionar las cámaras. "Lo hemos detenido varias veces por robos con violencia. Su corpulencia y su forma de actuar son muy características", subrayó.

La siguiente sesión del juicio se pospuso para el próximo 11 de mayo a la una, debido a que la víctima no pudo comparecer ayer ante el tribunal por un problema en la videoconferencia.