Era un día normal de trabajo para Carmen, hasta que se topó con la escena de un crimen. Esta limpiadora sevillana sospechó que podían ser pruebas y aunque la policía barajaba un suicidio, ella cual forense aficionada a CSI, aisló por precaución todos los restos.

Estaba en lo cierto, en esos pañuelos encontraron el ADN del presunto asesino AMB. La policía lo detuvo 15 días después del crimen.

Quiso la casualidad que la chica fallecida tuviera la misma edad y el mismo nombre que la hija de Carmen, Sara. Por eso plantaron flores en su memoria.

Y ahora en cada descanso en el que vuelve a la zona, asegura que en este sitio nunca se siente sola.