Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Semana Negra

Un anuncio a bombo y platillo para nada

Miquel Ensenyat, durante el anuncio del viaje de los bomberos a Ecuador.

El pasado lunes, dos días después de que extensas zona de Ecuador quedaran devastadas por un terremoto, el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, comparecía en una rueda de prensa convocada a toda prisa. Acompañado por el cónsul de Ecuador en Palma, anunciaba el inminente viaje al país andino de un contingente de ocho bomberos y tres perros para colaborar en los trabajos de rescate. Una semana después, ¿saben cuántos bomberos mallorquines han viajado a Ecuador? Ninguno. Se trataba de un proyecto a todas luces inviable. Se había planteado demasiado tarde y los bomberos no habrían llegado al lugar hasta, con suerte, seis días de la catástrofe, cuando los expertos consideran ya prácticamente imposible encontrar supervivientes. Así que finalmente los responsables del Consell han desistido de enviar el contingente prometido. Pero la cuestión es que ese lunes, cuando Ensenyat anunció el envío de la ayuda, ya lo sabían. Los expertos en rescates de los bomberos ya habían advertido de que era demasiado tarde para un viaje de estas características, aunque parece que los políticos no pudieron vencer la tentación de salir en la foto.

Una caja cerrada un año

Antonio Ledesma era el jefe de la Policía Local de Marratxí cuando fue detenido, en septiembre de 2014, por su presunta vinculación con una trama de corrupción policial. Los investigadores de la Guardia Civil realizaron un registro en su domicilio, y se encontraron con que no podían abrir una caja fuerte, así que la dejaron precintada para asegurarse que nadie podría retirar posibles pruebas de su interior. Ahora, cuando ha pasado más de un año y medio, el propio Ledesma ha remitido una solicitud oficial al juzgado para que la abran. Según explica en este documento, el exjefe de la Policía de Marratxí ha llegado a un compromiso para vender la casa, y le interesa que la caja fuerte quede desprecintada antes de que caduque este precontrato. Para ello, adjunta a su solicitud al juzgado una serie de fotos de la caja de seguridad, con la combinación y los pasos precisos para proceder a su apertura. Recalca finalmente la necesidad de que se lleve a cabo esta diligencia cuanto antes, ya que el contrato de marras finaliza a finales de mes. Y la pregunta que surge es: ¿Por qué han esperado tanto? ¿Y por qué no se accedió a abrir la caja durante el registro? Así se evitarían ahora las prisas.

Muy profesionales

Los miembros del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil han sido felicitados por su brillante declaración durante el reciente juicio a un joven acusado de matar a otro a hachazos en Eivissa. Según explican algunos de los presentes en la vista oral, inicialmente el caso planteaba algunas dudas razonables. Sin embargo, los guardias civiles expusieron las pruebas científicas recabadas en el lugar del crimen con tal solvencia que disipó cualquier sombra en el caso. El veredicto, alcanzado con una inusual rapidez, fue unánime: culpable de asesinato.

Diez segundos

El pasado lunes por la mañana, un policía local recorría sobre su scooter el carril bici de la calle Blanquerna. Al llegar a la puerta de un supermercado, el agente repara en una mujer, habitual de la zona, que pide limosna sentada junto a la puerta del establecimiento. Desvía su moto y, sin bajarse, el policía le indica con un gesto que no puede estar allí. La mendiga se comporta como una veterana y no rechista. Con una sonrisa tímida, recoge su asiento y se marcha, mientras el motorista sigue su ruta. Uno, dos, tres... a los cinco pasos, la mujer se gira y, con el agente a apenas veinte metros, vuelve a su sitio sin perder la sonrisa. El esfuerzo del probo funcionario consiguió dejar la puerta del súper libre de la presencia de la mendicante por espacio de diez segundos.

Servicio de avituallamiento

En la entrada a Palma desde Llucmajor, a la altura del Polígono de Levante, hace tiempo que pide limosna un mendigo, que se acerca a los coches detenidos en el semáforo. El pasado jueves, sobre las once de la mañana, un Mini nuevecito se detiene en una isleta de la vía. El mendigo se acerca al vehículo y, desde el interior, le entregan una bolsa con dos bocadillos. Parece que se trata del servicio de avituallamiento que abastece a diferentes pedigüeños repartidos por la ciudad.

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