Por medio de una intrincada red de 'mulas' o camuflada en libros de texto, una banda de narcotraficantes introducía cocaína a gran escala en Mallorca procedente de Sudamérica. Un total de seis integrantes de la organización fueron condenados ayer a 29 años de prisión por un tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma, tras reconocer los hechos y alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por un delito contra la salud pública.

El representante del Ministerio Público solicitaba inicialmente para los seis encausados penas que sumaban 48 años de prisión por presuntos delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal.

A raíz del acuerdo, dos de los cabecillas vieron rebajadas la acusación pública de 11 años a seis años y nueve meses de prisión. A un tercero se le redujo a siete años y seis meses, al considerar el agravante de reincidencia. Cada uno de ellos debía pagar de multa una suma de 450.000 euros.

Mientras, a dos de las procesadas se les rebajó de cinco años a tres años y cuatro meses y al pago de 2.000 euros de multa. Y una tercera fue condenada a dos años y debía pagar 1.000 euros de sanción.

Desarticulada a los dos meses

La banda de narcotraficantes se constituyó a comienzos de marzo de 2015 hasta su desarticulación dos meses después. La organización controlaba una intrincada red de correos humanos que se dedicaba a traer cocaína a Mallorca procedente de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil.

Los cabecillas de la banda mantenían contactos en cada uno de estos países. Tras comprar la cocaína, organizaban la logística para traer la droga hasta Palma.

C.O., de 36 años nacionalidad nigeriana y conocido como 'Óscar', junto a D.J. -nacido en Liberia, pero de nacionalidad argentina- compraban la droga en origen, pagaban los billetes de avión a los correos y recibían la cocaína que posteriormente distribuían y vendían en Palma. Un sujeto de 37 años, de nacionalidad letona y con antecedentes por delitos contra la salud pública, se trasladaba a esos países para hacerse con la sustancia estupefaciente.

Los investigadores averiguaron que los cabecillas de la organización vendían la cocaína y el cannabis a los otros tres encausados. Estos se encargaban, a su vez, de traficar con la droga.

El 10 de mayo de 2015 fue el comienzo del fin de la organización. Los agentes de Estupefacientes de la Policía Nacional averiguaron que un sospechoso había tomado un vuelo desde Uruguay con destino a Palma, tras hacer escala en Madrid.

Al registrar su maleta, que había facturado en el país sudamericano con destino a Mallorca, los agentes encontraron cuatro libros de texto para niños. En el interior había seis placas envueltas en plástico transparente. Todas ellas albergaban en torno a un kilo de cocaína, cuyo valor rondaría los 200.000 euros.