El joven marroquí detenido hoy en Palma por supuesta vinculación con la organización terrorista Dáesh ha salido esposado de la vivienda en la que ha sido sorprendido por la Policía tras un registro que ha durado casi cinco horas.

El detenido, de 26 años, ocultaba su cabeza por completo con un jersey cuando ha atravesado esposado, agarrado por dos policías con pasamontañas, el umbral de la puerta del edificio donde se encuentra el piso que habita junto a su familia, en el barrio de Son Gotleu, en la capital mallorquina.

Los policías han introducido velozmente al joven en un coche camuflado de color gris al que han seguido varios furgones, al tiempo que varios vecinos increpaban a gritos al detenido y le decían con indignación "destápate la cara".

Varios policías han salido del edificio portando consigo cajas de cartón con información para analizar que han cargado en los vehículos que aguardaban ante la puerta.

Durante el registro, cerca de una quincena de policías armados han acordonado el edificio de cinco plantas situado en el número 53 de la calle Santa Florentina de este barrio palmesano que cuenta con una notable población de inmigrantes.

La operación policial ha comenzado sobre las 7.30 horas y ha producido una gran expectación y sorpresa entre los vecinos. En los aledaños de la vivienda se han llegado a congregar varios centenares de personas para seguir este suceso.

Según han asegurado varios miembros de la comunidad de Marruecos del barrio de Son Gotleu, el joven marroquí "no frecuentaba la mezquita".

Muchos vecinos y curiosos siguieron la operación policial. B. RAMON

En concreto, tres marroquíes que frecuentan las dos mezquitas del barrio que han preferido mantener el anonimato han explicado que este joven no iba a ninguna de las dos, a la que sí acuden con frecuencia los padres del detenido.

De similar forma se ha pronunciado un inmigrante de Gambia que ha ido a rezar sus plegarias a primera hora de la mañana de hoy, y quien tampoco ha querido facilitar su nombre.

Al parecer, el joven reside con sus padres y tres hermanas en el primer piso de un bloque de viviendas humildes de Son Gotleu.

Esta familia, que antes vivía en el barrio de Es Rafal de la capital balear, se trasladó hace aproximadamente un año a la barriada en las que actualmente habita, y el que se sabe que el padre intenta ganarse la vida "con trabajos sencillos que va encontrando", como la recogida de chatarra.

El arrestado, según ha informado el Ministerio del Interior, "suponía una clara amenaza para la seguridad nacional" y se servía de las redes sociales para reclutar a activistas seleccionados por él.

Varios vecinos increpaban a gritos al detenido. B. RAMON

Al parecer, el detenido emitía mensajes radicales muy contundentes para captar a combatientes para la Yihad, promoviendo atentados y facilitando el viaje a las zonas de conflicto de Siria e Irak, con el fin de que se integraran en las filas del Estado Islámico (EI), o Dáesh.

Interior señala que, por otro lado, en grupos más reducidos, y ante una audiencia muy seleccionada, el detenido instaba a la comisión de acciones terroristas en territorio español y europeo.

Según las investigaciones, el hombre mantenía estrechos contactos con responsables terroristas radicados en Siria al servicio del Dáesh, quienes se encargaban de facilitar la llegada de nuevos combatientes y de proporcionar las órdenes y los recursos para posibles acciones terroristas en España y otros países del entorno.

La operación, con la que según Interior se ha neutralizado una "amenaza directa", sigue abierta y está dirigida por el juzgado número 3 de la Audiencia Nacional y la Fiscalía.

Una imagen del barrio de Son Gotleu, este martes mientras se realizaba la operación antiyihadista. B. Ramon