El juez de guardia de Palma ordenó anoche prisión para once de los doce detenidos por traficar con anabolizantes y dejó en libertad al otro, un policía local. Tres de los sospechosos fueron a la cárcel sin fianza mientras que los otros ocho pudieron eludirla con fianzas de 10.000 euros.

Los detenidos están acusados de un delito contra la salud pública y de pertenencia a grupo criminal por presuntamente formar parte de un entramado que elaboraba las sustancias dopantes y luego las distribuía entre los consumidores, normalmente usuarios de gimnasios y practicantes de culturismo. Entre los sospechosos se encuentran dos guardias civiles, uno de ellos recientemente condenado por la Audiencia de Palma por tráfico de drogas, un policía local de un pueblo de la isla y un campeón de fisioculturismo, así como la cúpula de la federación balear.

El considerado cabecilla de la red, cuyo lujoso chalé fue registrado por la Policía Nacional el lunes en Son Ferrer (Calvià), se acogió ayer al mediodía a su derecho a guardar silencio ante el juez de guardia. No respondió a las preguntas de la fiscal ni tampoco a las de su abogado defensor. Su comparecencia duró apenas unos pocos minutos.

El máximo responsable de la trama, que fue enviado a prisión, ya fue detenido en otras ocasiones por hechos similares y la Guardia Civil lo arrestó también el pasado verano en el marco de una operación por estafar a turistas extranjeros con cargos indebidos en sus tarjetas de crédito en clubs de alterne de Magaluf. Además, la Audiencia de Palma le condenó en diciembre de 2015, junto a otra decena de imputados, a penas de multa por dedicarse a traficar con anabolizantes, esteroides y hormona del crecimiento en dos gimnasios de la capital balear a principios de 2011 sin ningún tipo de control médico.

Además del supuesto cabecilla, otro sospechoso, el policía local, se negó a declarar en el juzgado por omisión del deber de perseguir delitos. Por su parte, el resto de detenidos sí respondió durante el interrogatorio. La pareja del líder y al menos otros cinco arrestados negaron los cargos. Todos ellos rechazaron dedicarse a traficar con sustancias anabolizantes en la isla, si bien admitieron que consumían este tipo de fármacos ya que son practicantes de culturismo. Según su versión, toman estas sustancias para ganar masa muscular.

La toma de declaración se inició sobre las doce del mediodía y a las tres de la tarde se realizó un receso de una hora para comer. A las cuatro, se retomó el interrogatorio y pasaron a disposición judicial los dos guardias civiles.

La causa, con ramificaciones en la península, sigue secreta y está siendo investigada por el juzgado de instrucción 1 de Palma, que ayer estaba de guardia. La Policía Nacional culminó las pesquisas el lunes al llevar a cabo las detenciones y una decena de registros en domicilios, gimnasios y locales de Palma, Magaluf, Andratx y Son Ferrer. Los agentes desmantelaron un laboratorio y hallaron miles de dosis y documentación.