El director y dueño del colegio de Calvià detenido el pasado jueves por presuntos abusos sexuales continuados a su hija, que también era empleada del centro educativo hasta finales de 2015, quedó ayer al mediodía en libertad con cargos por orden judicial tras negar tajantemente los cargos. El hombre, de 72 años, se desvinculó de las acusaciones y negó en rotundo haber sometido a tocamientos íntimos a su hija, de unos 50 años, así como haber tenido sexo completo con ella cuando era menor de edad y ambos vivían en el Reino Unido. También rechazó haber acosado sexualmente en el trabajo a tres exempleadas, profesoras del elitista colegio, quienes le culparon de haberles hecho proposiciones deshonestas de carácter sexual.

El arrestado, durante su declaración en el juzgado de guardia de Palma que se prolongó durante una media hora, atribuyó el origen de la denuncia por parte de su hija a una venganza laboral y a que esta se encuentra trastornada o desequilibrada. Según su versión, ella quiere quedarse a toda costa al frente del colegio de Calvià. El propietario del prestigioso centro educativo alegó que su hija le acusaba falsamente de abusos sexuales para apartarle de la escuela y así ser ella la directora.

De hecho, el denunciado insistió en esta cuestión y destacó que él despidió a la perjudicada alrededor de noviembre de 2015 porque ella quería ser la directora del colegio, deseaba quitarle el cargo y que él se jubilara. Hasta esas fechas, su hija era adjunta a la dirección. Cuando ella dejó su puesto, el progenitor envió una carta a las familias de los alumnos en la que reconocía que había tenido que tomar duras decisiones, que le afectaban mucho a nivel personal, por el bien del colegio. El septuagenario ayer subrayó que todas estas acusaciones respondían a motivos laborales.

Tras negar los cargos en la sede de Vía Alemania, el magistrado titular del juzgado de instrucción número 8 de Palma, en funciones de guardia, acordó su inmediata puesta en libertad con cargos con la obligación de comparecer todos los lunes en el juzgado. El fiscal no pidió ninguna medida cautelar tras escuchar su declaración. Así, poco antes de la una del mediodía, el hombre, vestido con traje y camisa y con gesto tranquilo, salía libre acompañado por sus dos abogados. Declinó hacer declaraciones cuando abandonaba el edificio por la famosa rampa.

El caso de presuntos abusos sexuales está siendo investigado por el Equipo de Mujer y Menor (Emume) de la Guardia Civil y también por el juzgado de instrucción número 1 de Palma, que ya tiene abiertas diligencias. Precisamente, los agentes de este grupo detuvieron al director y propietario de la escuela el pasado jueves en Santa Ponça y también registraron su despacho en el centro educativo en Calvià.

Los investigadores cuentan con la denuncia de la víctima, la hija del sospechoso, que desde un primer momento se mostró muy reticente a desvelar lo ocurrido e incriminar a su progenitor. La perjudicada les hizo un relato espeluznante y muy duro de repetidos episodios sexuales que vivió desde que era una niña de corta edad en el Reino Unido.

Luego, según su versión, los abusos sexuales continuaron en Mallorca. La mujer explicó que su padre la sometía a tocamientos íntimos y detalló también masturbaciones. Estos abusos se habrían sucedido hasta los meses de marzo o mayo de 2015, según la denunciante.

Violaciones siendo menor

Pero los episodios más sórdidos y duros la perjudicada los sitúa cuando ella era menor de edad, hace unos 40 años. Estos hechos ya habrían prescrito, según la legislación española. La víctima narró contactos de sexo completo, con penetración, cuando era adolescente. En esa época, la familia vivía en Gran Bretaña.

La perjudicada incluso aseguró que con 16 años se quedó embarazada de su progenitor y que tuvo que abortar en una clínica en Reino Unido. La mujer, que vivía sometida por su padre, se encuentra en tratamiento psicológico tras estos hechos.

Además de la denuncia de la víctima, la Guardia Civil cuenta con el testimonio de otras tres extrabajadoras del colegio de Calvià, tres profesoras, que admitieron que habían sufrido acoso sexual en el ámbito laboral por parte del director del centro educativo. Según su versión, él les hacía proposiciones sexuales o les pedía besos en la boca. El detenido negó ayer todas estas acusaciones.