Un acusado aceptó ayer una condena de seis años de prisión por cometer una oleada de robos en locales de Palma, así como un atraco a punta de cuchillo en una tienda de la ciudad, en apenas dos semanas a mediados de 2015. El sospechoso, de 40 años y con numerosos antecedentes policiales y penales a sus espaldas, la gran mayoría por delitos de robo con fuerza, admitió ante la Audiencia de Palma haber irrumpido en ocho establecimientos en los que causó daños materiales al romper persianas, ventanas o cristales de puertas y escaparates.
El ladrón, que actualmente está encarcelado, reconoció que se apoderó de la recaudación de la caja registradora en algunos casos y de otros efectos de valor como un ordenador o una 'tablet'. También confesó haber asaltado a mano armada y con un casco de motorista para ocultar su rostro un comercio de la ciudad el 1 de junio de 2015. Según manifestó, le acompañaba otra persona, pero no pudo dar su nombre. "No recuerdo con quién iba", indicó, exculpando de esta manera a un segundo acusado.
Este segundo imputado, que se enfrentaba a una petición de pena de cuatro años de prisión por un delito de robo con intimidación con uso de arma, fue finalmente absuelto por el tribunal de la sección primera después de que la fiscal retirara los cargos contra él. "Yo no entré en ninguna tienda con ningún cuchillo. Yo no estaba con él ese día", recalcó el hombre.
Mientras, el principal acusado se conformó con dos años y medio de cárcel por un delito continuado de robo con fuerza y otros tres años y medio por el asalto a punta de cuchillo. El ministerio público rebajó su solicitud de condena de diez a seis años al apreciar la circunstancia atenuante como muy cualificada de adicción a las sustancias estupefacientes. Según su tesis, el ladrón, en el momento de perpetrar los robos, padecía una grave adicción a las drogas. En el juicio, el hombre detalló que es consumidor de cocaína y heroína desde que era adolescente, desde los 15 años. Además, agregó que ahora se encuentra en tratamiento con metadona en el centro penitenciario.
Tras su declaración autoinculpatoria, una decena de testigos comparecieron ante la sala para detallar los desperfectos que sufrieron en sus locales en Palma y Peguera. Cinco de los ocho robos se produjeron en la madrugada entre el 6 y 7 de junio de 2015. El caco forzó la puerta y el escaparate de una clínica dental de la ciudad, pero no se llevó nada. También accedió a una peluquería de donde se apoderó de dos anillos, un ordenador, cuatro máquinas de cortar el pelo, material de peluquería y 300 euros. Esa misma madrugada, entró por la fuerza a una farmacia y robó 594 euros, además de los daños ocasionados. En una pizzería de El Molinar rompió el cristal de una ventana, se llevó 450 euros y varias botellas. Y en una clínica veterinaria cercana causó desperfectos valorados en 360 euros. Días antes, en un bar de Palma el botín fue de 80 euros y en otro local no se llevó nada. Por último, la noche del 1 de junio, forzó los barrotes de una ventana para entrar al bar del campo de fútbol del Collerense, de donde se apoderó de 190 euros y una 'tablet'.
Horas antes, provisto de un casco de motorista y armado con un cuchillo, el acusado asaltó una tienda de deportes de Palma. "El cuchillo era muy grande. Uno me acorraló y el otro saltó el mostrador y abrió la caja. Yo conseguí escapar", indicó ayer la víctima.
