Mujahid Abbas lleva una semana encarcelado por su nombre. Este inmigrante sin papeles pakistaní afincado en Palma se llama igual que un compatriota suyo, condenado a muerte y buscado en todo el mundo para ser ejecutado por cometer un asesinato. Cuando la Policía lo sorprendió en el comercio donde trabaja de forma clandestina, Abbas solo pudo mostrar unas fotocopias de sus documentos, en los que no aparecía más que su nombre. Como adelantó DIARIO de MALLORCA, fue detenido y el juez lo envió a prisión. Entre rejas aguarda a que la Audiencia Nacional coteje su pasaporte y lo deje libre tras confirmar que todo ha sido una confusión.
El joven, de 24 años, lleva en Mallorca desde el verano de 2014. No tiene permiso de residencia ni trabajo y vive en un piso de la barriada de Pere Garau con su jefe, que regenta una frutería en la zona. "El jueves hicieron un inspección en la tienda y descubrieron que no tenía papeles. Le pidieron la documentación, pero solo llevaba una fotocopia del pasaporte y un certificado de empadronamiento", explica su primo, Muhammad Mehdi Tarar, residente en Cala d'Or. Cuando la Policía comprobó su nombre en las bases de datos, saltó la alarma. Interpol había emitido una notificación roja, equivalente a una orden de detención inmediata, según la cual Mujahid Abbas está reclamado por las autoridades pakistaníes, pues pesa sobre él una condena a muerte por asesinato.
La Policía lo detuvo y comenzó las pesquisas para aclarar su identidad y confirmar que era la persona buscada. "Lo llevaron al piso donde vive para que les diera el pasaporte original. Buscó en su mochila, pero no lo encontró", explica su familiar. Abbas fue puesto el viernes a disposición del juzgado de guardia de Palma, que decretó su ingreso en prisión y se inhibió en favor de la Audiencia Nacional, el órgano competente para decidir sobre las extradiciones.
Mientras, su primo empezó una frenética búsqueda de los documentos que demostraran el error. "Fui al piso en el que Mujahid había vivido antes, pero no había nadie. El lunes encontré por fin su pasaporte y el resto de papeles y los llevé a la Policía", relata el familiar. Estos documentos demuestran, según el hombre, la equivocación. Con ellos pretende dejar patente que lo único que tiene en común su primo con el condenado a muerte es el nombre y conseguir su puesta en libertad.
La comparación entre la ficha de Interpol y la documentación del joven residente en Palma así lo atestiguan. En la orden internacional de detención figura que el fugitivo nació en 1987 en la ciudad de Rasool Nagar, mientras que el ahora detenido lo hizo en 1992 en la localidad de Mandi Bahauddin. Tampoco coinciden el número de pasaporte ni el nombre del padre. Mehdi Tarar se ha entrevistado con los Policías encargados del caso y ha acudido tres veces a la cárcel de Palma para intentar, en vano, ver a su primo. "Espero que todo se solucione pronto. Toda la familia de Mujahid vive en Pakistán y está muy triste y preocupada por lo que esta pasando", lamenta.
Desde la Audiencia Nacional explicaron ayer que se están llevando a cabo varias diligencias y comprobaciones relacionadas con este asunto, dilatado por la ausencia del juez Fernando Andreu por razones personales. Fuentes policiales afirmaron que el error está prácticamente confirmado.
