Las inspecciones realizadas por la Conselleria de Industria y los técnicos de Endesa en enero de 2015 de la red de alumbrado público fueron muy reveladoras. Los especialistas detectaron múltiples defectos en las farolas.
La inspección de la luminaria estuvo ordenada por el juzgado de instrucción número 7, que lleva las diligencias por la muerte del joven. La actuación estuvo supervisada por los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Se centró en la farola del Passeig Antoni Estarellas de Bunyola, donde David Grimaldos había sufrido la descarga eléctrica mortal en la celebración de la fiesta de los Quintos, tan solo unos pocos meses antes.
Los técnicos analizaron con detenimiento el estado de la toma de tierra. La farola, donde se produjo la muerte por electrocución de David Grimaldos, todavía mantenía un gran número de flores y una fotografía del joven en su recuerdo. Los expertos realizaron numerosas mediciones y certificaron lo que ya era un secreto a voces: su estado revestía un serio peligro de descarga eléctrica.
La inspección a la luminaria se prolongó durante una hora aproximadamente. Tras anotar cada resultado de la medición, los expertos elaboraron un informe demoledor, en el que hacían constatar que las irregularidades en las farolas de Bunyola estaban generalizadas.
Numerosos defectos
Los técnicos detectaron numerosos defectos de carácter grave en la red de alumbrado público municipal. Ninguna de las 19 farolas analizadas contaban con los sistemas de protección necesarios para evitar una posible descarga eléctrica. Cuando los expertos desconectaron el cuadro general de la calle Antoni Estarellas, ante su sorpresa, muchas de estas luminarias del paseo permanecían encendidas.
Los técnicos descubrieron cables conductores que estaban en contacto con la parte metálica de la instalación. En el lugar donde debía haber un fusible, se había realizado un 'puente'. Las posteriores averiguaciones sirvieron para demostrar que el electricista municipal habría hecho reparaciones sin autorización.
