La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha ratificado el ingreso en prisiónde un hombre por matar de hambre a su perro. Con esta resolución, el tribunal respalda la orden de la ejecución de la sentencia dictada por el titular del juzgado de lo Penal número ocho de Palma.

La Audiencia considera, al igual que la juez, que no procedía la sustitución de la ejecución de la sentencia de un año de prisión por trabajos en beneficio de la comunidad, tal y como solicitaba el procesado.

El condenado descartó acogerse a un curso de reinserción y reeducación social, al ensalzar que estaba arrepentido. Sin embargo, el tribunal sustenta la decisión de mantenerle en la cárcel, dictada por la juez, por no haber quedado acreditado que el encausado presentara tales señales de arrepentimiento por la muerte del can.

Repercusión nacional

El caso fue muy polémico y tuvo repercusión a nivel nacional, ya que era la segunda resolución pionera en España por la que un condenado acabó en la cárcel por malos tratos a un animal, tras la sentencia, también en la isla, contra el maltratador del caballo Sorky, que murió en 2012.

El fallecimiento del perro se produjo en abril de 2013, después de que un hermano del acusado denunciase que había un can con una desnutrición extrema y en un total estado de abandono en el patio de una vivienda de la calle Francesc Albertí, en el barrio palmesano de la Vileta. El perro se encontraba completamente desnutrido, deshidratado, atado con una cuerda muy corta -por lo que casi no podía moverse- y enfermo. Aunque la Policía Local lo rescató y lo llevó al centro de protección animal de Son Reus, los veterinarios no consiguieron salvarle y el perro cruce de pitbull falleció a los tres días.

El juicio se celebró en mayo de 2015 y el propietario se declaró culpable del delito de maltrato grave a animales domésticos. La magistrada del juzgado número 8 de lo penal le condenó a un año de prisión por dejar morir de hambre a su perro.

En el auto de ingreso en prisión, la juez dio la razón a la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales (ABADA), que ejerció la acusación popular, y destacó la brutalidad de los actos cometidos. "La muerte de hambre, en humanos y en animales, es una de las más crueles, lo cual es de público conocimiento, y produjo una lenta y angustiosa agonía al perrito que duró meses", tal como le reprochó al encausado.