Una olla puesta al fuego era el brasero rudimentario que habían utilizado padre e hijo para calentarse en una caseta de aperos de Binissalem. Sus cadáveres fueron encontrados ayer a mediodía tras intoxicarse, presuntamente, por la inhalación de monóxido de carbono.

Sobre la una y diez de la tarde, un testigo se percató de que había dos cuerpos inertes en el interior de una casa de aperos de Binissalem. Un hombre de 59 años y su hijo de tan solo 15 años, ambos de nacionalidad marroquí. Ante las sospechas de que pudieran haber fallecido, la persona que los descubrió avisó a los servicios de emergencia.

Un dispositivo especial se activó en torno a la caseta de aperos de la empresa de construcción de Binissalem donde fueron hallados los cuerpos, frente al cementerio de la localidad, en un camino perpendicular a la carretera de Biniali.

Una UVI móvil del Ib-salut se movilizó rápidamente para atender a las dos víctimas. Asimismo, el médico de Binissalem se desplazó con celeridad hasta el lugar donde se habían encontrado los cuerpos de un padre y su hijo.

Asistencias sanitarias

Los facultativos no pudieron hacer nada por salvar la vida de las víctimas. Ambas ya habían fallecido y solo pudieron certificar su defunción. El padre y el hijo presentaban síntomas de haber fallecido por intoxicación debido a la inhalación de monóxido de carbono.

Efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de la Policía Local de Binissalem también se desplazaron con celeridad hasta el lugar donde se encontraban los cuerpos del padre y su hijo. Ambos cadáveres estaban en una casa de aperos enclavada en una empresa de construcción.

Los investigadores del Instituto Armado realizaron una minuciosa inspección ocular y no encontraron en las víctimas señales de violencia. Todos los indicios recabados apuntaban a que la olla puesta al fuego con brasas pudo desencadenar la muerte.

Los cadáveres del hombre de 59 años y su hijo de 15 presentaban signos compatibles con la denominada ´muerte dulce´. Algo común entre los fallecidos tras inhalar monóxido de carbono debido a la mala combustión, generalmente de un brasero.

El doble fallecimiento fue comunicado al juzgado de guardia de Inca. Tras personarse el forense en el lugar y examinar los cuerpos de las víctimas, el juez ordenó el levantamiento de los cadáveres.

Por su parte, los operarios de los servicios funerarios se desplazaron desde el cercano cementerio de Binissalem para hacerse cargo de los cuerpos. Las víctimas fueron trasladadas hasta el Instituto Anatómico Forense de Palma. Hoy está previsto que le sea practicada la autopsia para determinar con exactitud las causas de la muerte.

Uno de los momentos más trágicos fue cuando los agentes de la Guardia Civil comunicaron a una mujer, hermana del padre y tía del menor, el fallecimiento de sus dos familiares.

La mujer sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida para superar la crisis. Asimismo, un psicólogo prestó sus servicios a la familiar de los fallecidos para ayudarla a sobrellevar la súbita pérdida de sus seres queridos.

Estas muertes, presuntamente, por inhalación de monóxido de carbono es el segundo caso que se producen en Mallorca en lo que va de año. Un hombre de 70 años falleció el pasado 19 de enero por idéntico motivo al intoxicarse por el humo desprendido por un brasero que utilizaba para calentarse mientras dormía en una caseta de campo en Santa Maria.