La sentencia del Supremo subraya la importancia del diario de la víctima, localizado en su domicilio gracias a las indicaciones de una hermana de la fallecida, como una de las pruebas de cargo del caso. En el libro, la perjudicada reflejó los insultos, agresiones y expresiones que tanto su hijo como su marido le dedicaban: "Puñetazos constantes en el brazo, con moratones negros que duran cuatro semanas", "Golpes sin parar en el pecho con moratones", "Manotazo en la mano con dedos morados", "31 de diciembre de 2010. Último día del año, estando yo sentada y con la mano derecha me dio un fuerte puñetazo en las cervicales y en el centro de la columna", "Miércoles 19 de enero de 2011, al irse al colegio, en la puerta de casa, un bofetón en la cara, resultado la mejilla roja y luego me salió un morado", "Viernes 21, 4 de la tarde, puñetazo en la parte izquierda de la boca", "Martes 25 de enero, 4 de la tarde, bofetón en la mejilla izquierda", "Sábado 5 de febrero 5 h. de la tarde, patada en la pierna izquierda, resultado moratón con dolor".