La muerte de Lisa Jane L., de 49 años, en un domicilio de la Costa de la Calma estrangulada por su marido fue un crimen de violencia de género. Esta es la hipótesis que mantienen los investigadores de la Guardia Civil frente a la versión del detenido que apuntó que la muerte de la mujer fue fruto de un accidente en el transcurso de un supuesto juego sexual.

De acuerdo con las pesquisas practicadas por los agentes de la Guardia Civil encargados del caso, la muerte de la mujer británica respondía a un caso de violencia de género, en el que ella no tuvo la menor oportunidad de defenderse. No encontraron indicios de ninguna práctica erótica.

Pese a que en Mallorca no constaba que la víctima hubiera interpuesto denuncia alguna por violencia machista, no ocurría lo mismo en su país de origen. Scotland Yard comunicó a la Guardia Civil que Warren L., de 50 años, había sido detenido en repetidas ocasiones en Londres por maltrato a su esposa.

Sobre las tres y veinte de la madrugada, Warren telefoneó al 112 para denunciar que había matado a su esposa. La víctima había fallecido estrangulada con el cable del cargador del teléfono móvil.

Los investigadores del Instituto Armado realizaron una minuciosa inspección ocultar del apartamento 605 del edificio Siesta, situado en la calle Bella Vista de Costa de la Calma, en el término municipal de Calvià. Los investigadores de la Policía Judicial no encontraron en la vivienda señales de pelea. Nada en el interior aparecía revuelto.

Los agentes de la Policía Judicial sostienen que el asesino confeso de Lisa Jane podría estar ebrio en el momento de cometer el crimen. Aunque no lo suficiente y era plenamente consciente de sus actos, ya que explicó con claridad al 112 que había acabado con la vida de su mujer.

La autopsia determinó que Lisa Jane L., de 49 años, falleció estrangulada. Sin embargo había una serie de datos muy significativos. El informe forense no apreció en la víctima ningún signo de defensa ni lucha.

Los forenses tomaron muestras en la víctima y las enviaron para realizarle un informe toxicológico. El objetivo de esta prueba era determinar si había consumido alcohol o alguna otra sustancia que le hubiera impedido resistirse al estrangulamiento con el cable del cargador del teléfono móvil.

Lisa llegó a Mallorca el jueves procedente de Londres, tras haber viajado con una aerolínea de bajo coste. El billete de vuelta lo tenía para mañana miércoles. Nunca pudo tomar este avión.

Rob Lees, el hermano de la víctima, se mostró indignado por la muerte de Lisa Jane. En una conversación mantenida con DIARIO de MALLORCA, el familiar recalcó que Warren había sido detenido por malos tratos a su esposa en repetidas ocasiones en el Reino Unido.

Sin móvil económico

Asimismo, el hermano de la víctima no dudó en calificar de "tonterías" que Lisa Jane hubiera muerto en un juego sexual, tal y como aseguraba su esposo. "No tenían una buena relación. Y no creo que la discusión entre ellos fuera por motivos económicos", subrayó.

Rob Lees abundó en que Warren había telefoneado al 112 para denunciar que había matado a su esposa. "Tuvo tiempo suficiente para montar lo del juego sexual, al ver lo que se le venía encima", insistió.

Sobre las cuatro de la tarde del pasado domingo, agentes de la Guardia Civil trasladaron a Warren L., cabizbajo, desde el calabozo hasta el juzgado de guardia. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, el juez José Castro, decretó su ingreso incondicional en prisión por un presunto delito de homicidio.