"No escuché ningún grito ni ruido". Una vecina de origen alemán que reside en la misma planta del edificio Siesta en Costa de la Calma (Calvià) donde ayer de madrugada se produjo un crimen explicó que no oyó chillidos ni ninguna pelea esa noche. "No vi nada extraño. Solo me di cuenta de que algo había pasado cuando ya llegó la Policía", prosiguió la mujer a las puertas de su casa. "Entonces, ya vi a los agentes y observé a un hombre que lo tenían tumbado en el suelo, en el pasillo", recordó la moradora. Se trataba del presunto homicida, Warren L., británico de 50 años, que fue detenido tras llamar por teléfono al 112 y confesar que había matado a su mujer. "Lo siento, está muerta", indicó el sospechoso.

La víctima, Lisa Jane L., también británica de 49 años, fue estrangulada con el cable del cargador de un teléfono móvil. El matrimonio llevaba un mes viviendo en el apartamento 605, que era propiedad de los padres de ella, según comentaron otros residentes. En ocasiones, en vacaciones pasaban unos días en el piso. Warren se había instalado años atrás en la isla, mientras que su esposa iba y venía de Inglaterra, porque allí reside la hija que ambos tienen en común, de 19 años.

Los pocos vecinos que habitan ahora en el edificio apenas conocían a la pareja británica. "Nunca les había visto, no los conocía de por aquí", explicó una residente de la sexta planta. Ayer reinaba la paz y el silencio en la finca situada en el número 155 de la calle de la Bella Vista, en Costa de la Calma. Solo el precinto policial en una de las puertas dejaba entrever el suceso ocurrido horas antes.

"Llegué a las once de la noche a casa el viernes y no escuché nada. Venía de Palma y no vi nada, solo la Policía luego. No conocía a la pareja", manifestó otra vecina de la quinta planta. Dos guardias civiles se personaron ayer por la mañana en el edificio para tomar declaración a los residentes. Los agentes llamaron puerta por puerta, pero muchos pisos estaban vacíos. Los pocos vecinos que había, extranjeros, no dieron detalles.