Espíritus, rituales, velas, piedras de cuarzo, sucesos paranormales, dones curativos, sanaciones, posesiones, poderes, sombras malignas, limpiezas espirituales, ángeles protectores o chamanes. No es la trama de una película de miedo, sino lo que salió a relucir ayer en la Audiencia de Palma durante un sorprendente juicio contra cuatro falsos curanderos acusados de estafar a una pareja cerca de 300.000 euros con ritos de brujería para salvar y proteger a su hijo de cinco años tras hacerles creer que su vida peligraba por una "sombra maligna" que le acechaba entre 2013 y 2014.

El padre del menor, vecino de Palma y contable de profesión, aseguró ayer ante el tribunal de la sección segunda que se arruinó, ya que se vio obligado a hipotecar su casa, pedir préstamos a los bancos y también a su familia y a amigos e incluso vender las joyas que tenían en su domicilio. "Me di cuenta de que me estaba arruinando, pero tenía mucha confianza en esta gente y el miedo de que mi hijo pudiera morir me hizo seguir pagando", explicó ayer ante la sala.

Entre enero de 2013 y octubre de 2014, los progenitores del niño realizaron 229 ingresos bancarios en las cuentas corrientes vinculadas a los sospechosos, para quienes la fiscal solicita sendas penas de ocho años de prisión por estafa agravada, mientras que la acusación particular reclama 13 años por el fraude y por pertenencia a grupo criminal, además de 290.000 euros de indemnización.

Los imputados, todos ellos españoles, ayer negaron poseer dones curativos ni dedicarse al espiritismo. También rechazaron haber amenazado y exigido dinero a las víctimas. La principal acusada, considerada como la "maestra espiritual", que permanece en prisión junto con su mujer desde abril de 2015, relató que la perjudicada, la madre del menor, le daba el dinero de forma voluntaria porque ambas tenían una relación sentimental. "Ella me daba dinero para que no me faltara de nada por la relación que teníamos. Estuvimos un año y medio juntas. Me enamoré de ella. Me gustaba su personalidad. Yo no estaba bien en casa con mi esposa y mis suegros y ella me lo dio todo", indicó. La encausada dijo que la víctima y ella tramaron todo para sacarle el dinero al marido de la primera y luego marcharse juntas. "Tramamos todos los mensajes de teléfono móvil para que su marido se lo creyera. Ella los escribía y me los hacía mandar a un grupo de WhatsApp en el que él estaba. Como si fuera un guión. Yo ni siquiera me leía todos los mensajes", añadió la sospechosa, quien reconoció que su mujer se enteró luego de su infidelidad en los calabozos y en la cárcel. "Le dije que me mandaba el dinero un familiar de Málaga. Yo me lo fui gastando aunque ella (la víctima) me pedía que lo guardara", manifestó.

Su esposa, también presa, confirmó este extremo de que creía que el dinero era de un familiar y no de la víctima: "Jamás he hablado con los perjudicados por WhatsApp ni he quedado con ellos. No tenía trato con ellos". Si bien luego admitió que les aconsejó que llevaran a su hijo a un homeópata por sus problemas de alergia. Las sospechosas no trabajaban y vivían de una pensión.

El padre del niño indicó que las conoció a través de un amigo, hermano de una de ellas, que también está acusado de la gran estafa y cuyos hijos iban al mismo colegio. "Mi amigo y su mujer decían que tenían dones curativos, poderes. Él me pintó la casa para renovar energías, para protegernos de los espíritus y sombras malignas que había", recordó. También se refirió a un hecho de diciembre de 2012 cuando el sospechoso fingió estar poseído y se tiró al suelo: "Su esposa le abrazó y le dijo 'no te vayas'. Luego, le arrojó un refresco por encima. Se recuperó y nos dijo que había sido absorbido por una sombra maligna". Sin embargo, el acusado y su mujer, ambos encausados, alegaron que se trató de una bajada de azúcar al ser diabético. El perjudicado explicó que se asustó mucho cuando su hijo en esas fechas le dijo que al salir de la ducha vio a una niña vestida de comunión y a un niño sin ojos. Sus amigos le dijeron que se trataba de una sombra maligna y que su hijo iba a morir el 14 de octubre de 2014. "Hoy tengo claro que fue una farsa. Pero entonces me lo creí y pagué todo el dinero".