Un incendio declarado ayer por la mañana en una vivienda de Esporles arrasó una coladuría, obligó a desalojar a una docena de vecinos y causó una gran alarma por las deflagraciones de seis botellas de butano. Las bombonas actuaron como enormes sopletes y extendieron las llamas por todo el habitáculo, que quedó destruido. Más de una hora emplearon los bomberos en sofocar el incendio, que no causó daños personales.

Los hechos ocurrieron hacia las diez y cuarto de la mañana, explicaron fuentes de los servicios de emergencias. Los moradores del primer piso del número 5 de la calle Joan Riutort descubrieron que se había declarado un incendio en la coladuría del domicilio y dieron la voz de alarma. Fuentes de los Bombers apuntaron a un fallo en un termo eléctrico como posible origen del fuego.

La Policía Local acudió de inmediato a la vivienda y comprobó que las llamas se habían extendido a seis bombonas de butano. Por el exceso de presión, los capuchones habían saltado y el gas que emanaba estaba ardiendo. Ante el riesgo evidente de explosión, los agentes optaron por desalojar a todos los vecinos del edificio, de dos plantas, y de otros domicilios colindantes. En total, una docena de personas fueron evacuadas. Una UVI móvil del Ib-Salut y agentes de la Guardia Civil acudieron también al lugar.

Deflagraciones

Una dotación de los Bombers de Mallorca, procedente del parque de Sóller, se desplazó de inmediato al lugar. La gran carga de fuego y las deflagraciones que se sucedían complicaron su labor. Tuvieron que emplear más de una hora para controlar y sofocar el incendio. Evitaron que las bombonas de butano estallasen, pero no pudieron impedir que la coladuría quedase totalmente arrasada por las llamas. La estancia se encuentra en un extremo de la terraza, por lo que el fuego quedó confinado y no se extendió al resto de la vivienda. Tras comprobar que no había daños estructurales en la finca, los vecinos desalojados pudieron regresar a sus casas.