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Tribunales

Juzgan a una madre por conducción temeraria frente a un colegio en Inca

La denunciante y tres testigos indicaron que tuvieron que apartarse para no ser arrolladas por la sospechosa que dio un acelerón con un todoterreno

La calle Sant Vicenç de Paül, en Inca, donde ocurrieron los hechos el 19 de febrero de 2013. joan frau

Una mujer fue juzgada ayer en Palma por conducción temeraria con un todoterreno frente al colegio al que asistía su hijo en Inca en febrero de 2013. La denunciante y otras tres testigos, todas ellas madres de alumnos de esa escuela, manifestaron ayer que tuvieron que apartarse de forma súbita a las puertas del centro educativo para no ser arrolladas por la sospechosa, que dio un brusco acelerón con el coche en la estrecha calle. "Salió derrapando. Si no nos apartamos, nos come. Estoy segura al cien por cien de que era ella la conductora. Me sentí en peligro, pero ya no solo por mí, sino porque aquello es un colegio y hay niños", subrayó una de las progenitoras. La acusada, de mediana edad, negó ir al volante del vehículo, modelo Chevrolet Captiva. Según su versión, nunca ha tenido carné de conducir. "No puedo conducir, estoy impedida. Tengo un problema en los meniscos. Voy en silla de ruedas o con muletas", argumentó la mujer.

La sospechosa alegó que se trataba de una denuncia falsa y que no era la primera vez que le acusaban de un hecho similar porque el actual marido de la denunciante había sido su pareja anteriormente y ella le había denunciado. Según el abogado defensor, que reclamó la libre absolución de su representada, existe "un afán vengativo" en este caso, al tiempo que destacó la mala relación que hay entre las dos partes.

El fiscal solicitó ayer una pena de 18 meses de multa para la imputada por un delito contra la seguridad vial al mantener que la mujer carecía de permiso de conducir. Según el ministerio público, queda acreditado que ese día, 19 de febrero de 2013, conducía ella el vehículo porque tres testigos así lo manifestaron en la vista oral.

Por su parte, la letrada de la acusación particular pidió un año de prisión por conducción temeraria y recalcó que concurría la circunstancia agravante de reincidencia al aportar tres sentencias condenatorias de los años 2008 y 2009 por conducción sin licencia. La defensa rebatió este extremo y mantuvo que estas condenas no podían ser computables debido al tiempo transcurrido.

Los hechos enjuiciados, que ayer al mediodía quedaron vistos para sentencia, se remontan al pasado 19 de febrero de 2013, sobre las nueve de la mañana, cuando un grupo de madres acababa de dejar a sus hijos en el colegio Sant Vicenç de Paül en Inca.

Brusca maniobra

"Estábamos en la puerta de la escuela. Un coche se paró enfrente y un niño se bajó para ir al colegio. De repente, el automóvil arrancó de golpe y se echó hacia nosotras. Me tuve que apartar. El coche embistió a nuestro grupo y salió a toda prisa haciendo chirriar las ruedas", recordó la denunciante.

"La acusada conducía y un señor iba de copiloto. La vi perfectamente. Entonces, me vi en peligro claramente. La acera es muy estrecha en esa zona", relató la mujer. La afectada también confirmó que anteriormente había denunciado a la misma mujer por un hecho similar, pero luego decidió retirar la denuncia.

Otras tres testigos, madres de niños que van a la misma escuela, ratificaron que estuvieron a punto de ser atropelladas por el todoterreno. "Si no nos apartamos, nos lleva por delante. Ella era la conductora. La he visto en más ocasiones conduciendo ese coche", insistió una de las progenitoras. Otras dos mujeres indicaron que se vieron sorprendidas por la rápida irrupción del turismo cuando se hallaban de espaldas. Además, coincidieron en que escucharon el ruido de las ruedas al derrapar y arrancar a toda prisa.

Por su parte, la imputada negó tajantemente haber conducido el coche. Explicó que nunca ha tenido carné y que no puede conducir por sus problemas de movilidad en ambas piernas. Según su versión, el vehículo lo utilizaba su madre u otro familiar, quienes llevaban a los niños al colegio. "Ese día, lo más seguro es que lo llevó un familiar. No recuerdo ningún incidente a las puertas de la escuela. La calle es muy estrecha y hay barreras. No puedes hacer maniobras bruscas", apuntó. La mujer detalló que debido a este problema se vio obligada a cambiar a su hijo de colegio. Según dijo, se trataba de una denuncia falsa y no era la primera vez que la acusaban en falso. "Todo viene porque su pareja actual era antes mi pareja. Yo lo dejé y le denuncié", añadió la imputada.

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