La Policía Nacional está investigando la muerte violenta de una vecina de Palma, Esperanza F. F., de unos 45 años, cuyo cadáver fue descubierto semicalcinado y con numerosos golpes en el rostro y cabeza ayer a primeras horas de la mañana en su domicilio en es Fortí. Los agentes del Grupo de Homicidios sospechan que se trata de un crimen, si bien no descartan todavía ninguna otra hipótesis. El macabro hallazgo se produjo sobre las siete de la mañana cuando los bomberos extinguieron un incendio, presuntamente intencionado, en su casa ubicada en la calle Port de Cariño. Los investigadores creen que la víctima primero sufrió una paliza y luego pegaron fuego a su vivienda de madrugada con la intención de borrar pruebas y dificultar las pesquisas. La autopsia deberá aclarar si el fallecimiento se debió a los golpes o a las llamas y el humo acumulado en el inmueble.

Los investigadores, nada más llegar al lugar, se percataron de las extrañas circunstancias que rodeaban la muerte de la mujer, muy conocida y querida en el barrio. Esperanza F. F. vivía sola, era una persona solvente, tenía varias propiedades y un trabajo estable en una sucursal bancaria. Sus padres residieron en la planta baja de la calle Port de Cariño hasta que fallecieron, por lo que se trata de una familia muy apreciada en la zona. Varios vecinos indicaron ayer que la víctima tenía novio, quien se enteró de lo ocurrido en su puesto de trabajo.

La fallecida fue hallada tumbada en el suelo de su habitación bajo un somier y junto a la estructura de la cama. Su cuerpo presentaba quemaduras y evidentes restos de sangre. Sufrió varios golpes en la cabeza y la cara. La posición en la que quedó el cadáver en el dormitorio despertó las primeras sospechas de los policías y los bomberos, ya que no parecía un simple caso de intoxicación por inhalación de humo. Además, la aparición de sangre revelaba una más que probable muerte violenta. Los investigadores empezaron a decantarse entonces por un crimen como hipótesis principal. La mujer supuestamente fue agredida y luego se desencadenó un fuego intencionado en su planta baja.

Arde el colchón

El incendio afectó principalmente a la habitación de la víctima. Las llamas se concentraron en un colchón que, debido a su composición de materiales sintéticos, provocó una densa humareda que se propagó por la casa. Los Bombers de Palma no tuvieron apenas dificultad para apagar el siniestro, ya que no fue aparatoso y quedó confinado básicamente en un cuarto. El principal problema fue la gran cantidad de humo espeso que se acumuló en el inmueble.

Los vecinos más cercanos no oyeron ruidos, gritos ni observaron la presencia de extraños ayer de madrugada en la planta baja del número 14 de la calle Port de Cariño. No obstante, la Policía Nacional detectó detalles sospechosos. Una de las puertas del domicilio estaba bloqueada con una silla, pero en el principal acceso a la casa no se apreció ninguna señal de forzamiento. El inmueble se hallaba desordenado y los agentes se volcaron en la búsqueda de huellas en dos ventanas que dan a la calle. No se descartaba que el autor del crimen hubiera entrado o escapado por esa zona.

Los hechos ocurrieron ayer a las siete menos cuarto de la mañana cuando una vecina alertó de un incendio en la planta baja de es Fortí. La Unitat d'Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma fue la primera en llegar y echó abajo la puerta de la casa. Los agentes, con equipos de respiración, realizaron una rápida inspección y salieron a la calle al no detectar a nadie. El denso humo hacía impracticable la estancia.

Luego, llegaron los Bombers de Palma y empezaron a sofocar el fuego. Tras extinguir las llamas en un colchón y ventilar un dormitorio, los especialistas descubrieron el cadáver de la mujer en el suelo junto a la cama. Encima tenía un somier, que había sido movido. El cuerpo estaba quemado y tenía restos de sangre. En seguida, se movilizó el Grupo de Homicidios y la Policía Científica. También se personó el juez de guardia de Palma y una forense.

Los investigadores instalaron un biombo en la calle frente a la fachada para preservar la zona e iniciaron una meticulosa inspección ocular que se prolongó toda la mañana. Equipados con monos blancos, luz forense y con el apoyo de los bomberos que facilitaron focos, peinaron a conciencia la casa. El juez autorizó el levantamiento del cadáver sobre las diez y media y el cuerpo fue retirado. Un hermano y otros familiares de la mujer acudieron a la casa y se mostraron consternados por los hechos.