Un juzgado de Palma ha absuelto a un traumatólogo de los delitos de lesiones y homicidio por imprudencia profesional grave de los que fue acusado por no detectar un tumor cerebral a una paciente septuagenaria, a la que operó de una rodilla y que finalmente falleció de cáncer, al concluir que su actuación fue correcta. Según la sentencia, que aún no es firme, no se puede imputar al acusado un resultado no producido por su actuación, dado que la afectación tumoral nada tiene que ver con las acciones del traumatólogo. Además, no existió mala praxis, ya que el sospechoso intervino a la mujer en noviembre de 2009 en una clínica de Palma por artrosis degenerativa en su rodilla y luego otra vez en junio de 2010 porque la prótesis se infectó.

La magistrada detalla que el diagnóstico de la rodilla era correcto y que otros facultativos lo ratificaron. Ningún otro médico detectó entonces el tumor.