El exgerente del club náutico de Cala Gamba, en Palma, negó ayer durante el juicio en la Audiencia Provincial haberse adueñado de más de 100.000 euros procedentes de la compraventa de amarres. La fiscalía le imputa un delito de estafa en concurso con otro de falsedad y reclama para él penas que suman seis años de prisión.

El ministerio público sostiene que el hombre aprovechó su cargo dentro del club para celebrar contratos de compraventa de amarres fraudulentos, ya que los dueños no los firmaban aunque el procesado presentaba los documentos como si lo hubieran hecho. El fiscal afirma que no entregaba el dinero recibido al club, sino que lo incorporó a su patrimonio. De acuerdo con el relato de la acusación, el procesado fingió ser el intermediario en cinco operaciones diferentes entre los años 2001 y 2008 y cifra en 110.000 euros el perjuicio ocasionado al club náutico de Cala Gamba y a los compradores.

El hombre rechazó ayer todas las acusaciones y negó haberse adueñado de estas cantidades de dinero. Según su versión, alguna de las ventas fraudulentas que se le imputan pueden responder a errores en la documentación debido a la carga de trabajo que tenía y a que utilizaba modelos para redactar los contratos.

Durante la sesión de ayer declararon también varios de los compradores, que aseguraron que pudieron disfrutar de los amarres tras las operaciones cerradas con el procesado.

Está previsto que la vista continúe hoy con las declaraciones de más testigos y las conclusiones de las partes.