Dos médicos maxilofaciales de Son Dureta fueron juzgados ayer en Palma por una presunta negligencia médica a la hora de tratar a una paciente, también facultativa, que sufrió una grave infección bucal por la que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y pasó 24 días hospitalizada en enero de 2009. La víctima padeció un gran dolor durante todo el proceso infeccioso severo, perdió una pieza dental y estuvo más de medio año en tratamiento en un centro hospitalario de León, además del primer mes que pasó en Son Dureta. A raíz de estos hechos, desarrolló una anemia y depresión. Aún hoy, sigue en tratamiento psiquiátrico.

Los especialistas imputados alegaron ayer que su actuación fue correcta y que la operación que practicaron a la paciente fue efectiva. El pasado 27 de enero de 2009 la intervinieron y le hicieron un drenaje externo en la región cervical. A consecuencia de ello, la perjudicada tiene una cicatriz en esa zona del cuello. "Hicimos un drenaje externo porque era lo más efectivo. Tenía una acumulación de pus en las cervicales", explicó uno de los encausados. A raíz de esta intervención, el estado de la afectada mejoró, según indicó. Así pues, días más tarde, el 4 de febrero, "todo el equipo" de maxilofacial de Son Dureta decidió darle el alta. "Yo firmé el alta hospitalaria porque ella estaba perfectamente bien, asintomática, no tenía dolor", recordó el médico imputado. El 9 de febrero la paciente regresó a la consulta. El facultativo especificó que si él hubiera visto entonces que se había reproducido la infección, la hubiera vuelto a ingresar o tratar.

Los acusados recalcaron que la paciente era responsabilidad de todo el equipo, de todo el servicio de maxilofacial de Son Dureta. "Somos un equipo, todos hemos actuado", detalló uno de ellos. La perjudicada llegó al hospital el 12 de enero de 2009 al sufrir un intenso dolor después de que su dentista le hubiera extraído una muela un día antes. A partir de ahí, su estado fue empeorando, pese al antibiótico que tomaba. El día 17 se tuvo que avisar a la Unidad del Dolor porque el sufrimiento de la mujer era ya insoportable. El especialista imputado explicó que esa mañana le hizo un legrado, una limpieza, con anestesia local. "Tenía una alveolitis seca, yo no le vi pus entonces", indicó. Y el día 21 apareció un bultoma en el maxilar izquierdo, luego se le hizo un TAC y el 27, el drenaje externo.

Piden un año de cárcel

El fiscal reclama sendas penas de un año de prisión para los dos médicos por lesiones por imprudencia médica, mientras que la defensa, la absolución. Los compañeros de los acusados les respaldaron ayer y dijeron que su actuación fue adecuada. Un perito de la defensa, el jefe de maxilofacial del hospital, concluyó que el tratamiento fue el adecuado y la actuación, correcta. En cambio, la forense recalcó que se debería haber cambiado el antibiótico al ver la mala evolución de la paciente e insistió en que no se pusieron todos los medios necesarios.

La perjudicada, hematóloga, hizo un relato estremecedor de los hechos. "Vi peligrar mi vida en Son Dureta. Cada día la infección era más grande y nadie lo veía. Solo lo veía yo. El día 16 de enero noté que supuraba pus por la boca, le dije al doctor que iba mal y que me cambiara la medicación. El dolor era insoportable. La evolución fue horrible. No podía tragar, casi ni respirar. Pensé que iba a morir. El día 23 me exploté yo el bulto con las manos y pedí un vaso para un cultivo". La bacteria era inmune al antibiótico que tomaba.