Un incendio en un local de s'Indioteria utilizado como un presunto taller clandestino de motos obligó ayer a desalojar a todos los vecinos del inmueble colindante. El arrendatario, de 47 años, sufrió quemaduras en sus manos y una intoxicación leve por inhalación de humo.

El incidente ocurrió sobre las ocho y media de la mañana en el número 96 del Camí Vell de Bunyola. El local se encontraba repleto de motocicletas y motos de agua. De repente, grandes llamaradas asomaron y amenazaban con extenderse al edificio colindante.

Una gran cantidad de efectivos se movilizaron para responder a la llamada de emergencia. Numerosas dotaciones de Bombers de Palma, Policía Local, Policía Nacional y ambulancias del Ib-salut se desplazaron hasta el lugar.

La gran cantidad de motocicletas y de elementos inflamables que había acumulados en el interior plantearon serias complicaciones a los servicios de extinción de incendios. Mientras tanto, como medida de precaución, los policías desalojaron a los vecinos de las diez viviendas situado justo al lado.

Los bomberos tuvieron que actuar con celeridad para evitar que el fuego se extendiera. Una vez sofocadas las llamas, sacaron las motocicletas al exterior. Los servicios de extinción se centraron entonces en ventilar el local para evitar que el fuego se reanudara.

El hombre que había alquilado el local tenía la cara manchada de hollín y se quemó las manos al intentar sacar las motos a toda prisa, aunque dos de ellas quedaron completamente destrozadas.

La alarma no tardó en cundir entre los vecinos al ver la considerable dimensión que habían alcanzado las llamas y que parecían adentrarse en las viviendas. De hecho, se vivieron momentos de tensión y algunos residentes culparon al arrendatario del desastre.

La única víctima del incendio del local fue trasladada en ambulancia hasta el hospital Son Espases, donde fue atendida de la quemadura y la intoxicación por humo. Todo ello de carácter leve. Los Bombers de Palma, por su parte, dieron el fuego por extinguido una hora después de su llegada, tras ventilar las instalaciones.

"¡Nos ha puesto en peligro!"

"¡Podríamos haber volado por los aires!", apuntó ayer María del Mar Vicente, la presidenta de la comunidad de vecinos. A raíz del siniestro, el vecindario estudiaba interponer una denuncia contra el hombre que tenía alquilado el local.

Motocicletas sacadas del supuesto taller clandestino. B. P.

"Él dice que todas las motos son suyas, pero es igual. Le hemos visto soldar y allí hay gasolina y disolventes ... ¡nos ha puesto en peligro a todos!", sentenció la presidenta de la comunidad.

Los agentes de la Policía Científica de la Policía Nacional abrieron una investigación de las causas del siniestro. En primer lugar, tomaron el número de bastidor de las motos para averiguar su procedencia.