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Seguridad

Un grupo de élite en horas bajas

El ECO, el equipo especial de la Guardia Civil creado para combatir el crimen organizado ha quedado en los últimos tiempos eclipsado por las operaciones del grupo antidroga y de los puestos territoriales

Traslado de la droga del catamarán ibicenco Tatibat al puerto. Vicent Marí

El Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil fue creado hace una década como un grupo de élite encargado de luchar contra sofisticadas bandas de delincuentes que se estaban instalando en España. La idea era contar con una unidad altamente preparada, capaz de asumir investigaciones largas y complejas, de redes que muchas veces se extendían fuera del territorio nacional. Durante aquellos primeros años del grupo en Balears protagonizó algunas operaciones sonadas, como la captura de un catamarán con 2.400 kilos de cocaína en aguas de Eivissa, el mayor alijo de esta droga de la historia en las islas, pero a ello siguieron largas temporadas de escasos resultados, que provocaron una purga en el grupo. Varios de los agentes más veteranos fueron obligados a irse a otras unidades fingiendo una marcha voluntaria. La paradoja ha sido que en el último año los grupos que se vieron reforzados con los exmiembros del ECO han llevado a cabo numerosas operaciones, entre ellas algunas de las más exitosas realizadas por la Guardia Civil, mientras el grupo de élite apenas tiene en su balance dos actuaciones en el mismo periodo.

Las últimas operaciones del ECO fueron bautizadas como "Narval" y "Devon". La primera de ellas culminó en septiembre del año pasado, con la desarticulación de una banda de narcotraficantes en Magaluf. Una cincuentena de agentes encapuchados participaron en tres registros y arrestaron a una decena de sospechosos. Inicialmente el ECO cifró la incautación de drogas en 400 gramos de cocaína y dos kilos de un derivado de la anfetamina conocido como "cristal".

Los análisis de laboratorio a los que fueron sometidas las sustancias intervenidas determinaron que una buena parte de ellas no eran ilegales. El alijo se redujo a cerca de 350 gramos de cocaína y 1,8 kilos de benzilpiperazina, una droga sintética. Fue suficiente, sin embargo, para que los detenidos fueran condenados. Los catorce acusados llegaron a un acuerdo con la fiscalía durante el juicio y aceptaron penas de entre tres y cinco años de prisión.

Pasó casi un año hasta la siguiente operación del ECO, denominada "Devon". A mediados del pasado mes de agosto fueron detenidas veinte personas, empleados de dos locales de alterne de Magaluf, que presuntamente se dedicaban a estafar a los clientes con cargos fraudulentos en sus tarjetas de crédito, por un valor calculado de unos 45.000 euros.

Un duro contraste

Dos operaciones en un año, que contrastan con la frenética actividad que mantienen otros grupos, en teoría encargados de misiones de menor alcance. Entre ellos destaca el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), un grupo aparentemente más modesto, pero que en los últimos meses ha propinado varios duros golpes contra grandes redes de narcotraficantes de la isla. De las principales operaciones contra el tráfico de estupefacientes llevadas a cabo en los últimos meses por la Guardia Civil, ninguna es del ECO.

El pasado mes de marzo con la operación "Delirium" se desmanteló un laboratorio de droga en Sant Josep, en Eivissa. Se intervinieron cuatro kilos de marihuana y dos kilos de metanfetamina. Lo hizo el EDOA de Eivissa.

Ese mismo mes explotó la operación "Forana", que se saldó con 18 detenidos, la desarticulación de cuatro organizaciones de narcos y la incautación de ocho kilos de cocaína y 500 plantas de marihuana. Fue obra del EDOA.

En abril, con la operación "Macetitas", se intervinieron 1.500 plantas de marihuana, así como cogollos y 265 gramos de cocaína. La investigación fue de la Policía Judicial de Inca.

En la operación "Fufast", en mayo, hubo 14 detenidos y se desactivaron seis puntos de venta de droga en la Part Forana. En la operación "Indoor Mix" se intervinieron 1.870 plantas de marihuana. Las dos fueron de la Policía Judicial de Llucmajor.

Llegados a septiembre, con la operación "Iacobus", fueron detenidas 25 personas y se intervinieron 800 gramos de cocaína, 1,8 kilos de hachís y se desarticularon 10 puntos de venta de droga en el Llevant. Fue fruto de la colaboración de la Policía Judicial de Manacor y el EDOA.

Ese mes, en otra gran operación denominada "Constante", fueron desmanteladas cuatro bandas de narcotraficantes que distribuían grandes cantidades de droga en la isla. Hubo 26 detenidos y se intervinieron 9,5 kilos de cocaína, 300 gramos de anfetamina y 60 de heroína, entre otras sustancias. Llevó la marca del EDOA.

La última gran intervención de la Guardia Civil contra el narcotráfico fue la operación "Aidi". Hubo cinco detenidos y se aprehendieron 1,5 kilos de cocaína. De nuevo fue fruto de la colaboración de un grupo territorial, en este caso la Policía Judicial de Pollença, con el EDOA.

Forzados al traslado

Precisamente varios de estos grupos se vieron reforzados con la llegada de veteranos agentes del ECO, que fueron obligados a dejar el equipo víctimas de una particular caza de brujas. Fue en verano del año pasado, cuando el grupo de élite ya arrastraba una larga temporada de malos resultados, cuando fueron convocados al despacho del jefe del equipo y conminados a solicitar voluntariamente un cambio de destino. De no hacerlo, se les advirtió, serían reemplazados a la fuerza con la excusa de "pérdida de confianza", lo que podría afectar a sus historiales.

Todos se fueron, aunque algunos protagonizaron duras escenas en las que responsabilizaron al teniente jefe de la inoperancia en la que estaba sumido el grupo, y le acusaron de dedicar más atención a otros trabajos que realizaba fuera de su horario de servicio, como las clases que impartía en una academia privada.

Más de un año después, la efectividad del ECO, con una plantilla de quince agentes que cobran unos 300 euros más que sus compañeros, sigue cuestionada. Mientras que los grupos territoriales y el EDOA, donde fueron algunos de los expulsados, mantienen un alto nivel de resultados.

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